Desde las redes se habla de una falta total de empatía y una burla por parte de la clase política teniendo en cuenta la situación de desempleo y precarización laboral actual.
Esta semana, una vez más, el presidente del Congreso Nacional, Basilio Bachi Núñez, defendió los aumentos que se otorgaron a funcionarios selectos de la Cámara Alta, dentro del Presupuesto General de la Nación (PGN 2025), donde los mismos parlamentarios se autoasignaron un aumento de más de G. 5 millones.
De venir ganando mensualmente G. 32.774.840, desde este año, los senadores y diputados perciben mensualmente G. 37.900.000.
Un grupo selecto de funcionarios y clanes familiares en el Senado también recibieron aumentos que dispararon sus salarios, como el caso del secretario general del Senado, Antonio Sánchez, que desde este año gana G. 37.672.320.
También cuenta con varios parientes políticos, entre ellos su esposa, Gabriela Beatriz Olcelli Andrada, comisionada a Itaipú, que pasó a ganar G. 24.500.000 (antes ganaba G. 22.300.000).
La tía de Gabriela, Rebeca Garcete Olcelli, quien ingresó en el 2009, cobraba hasta el año pasado G. 11.700.000, pero desde este año percibe la suma de G. 19.537.700. Es jefa de Comunicación Institucional de la Biblioteca del Congreso Nacional.
Entre los beneficiarios con los aumentos también está la sobrina política del propio titular del Congreso. Berenice Sosa (bachiller de 19 años y sobrina de su pareja), pasó de ganar G. 4.500.000 en el 2023 a G. 9.500.000 este año.