Desde el viernes se está trabajando de manera intensa en la tarea de levantar lo que queda de la producción, aunque según los técnicos agrícolas de la zona, la calidad comercial del grano es muy baja dado el daño sufrido como consecuencia de la humedad. “De la soja ya madura que tenía que cosecharse en las últimas tres semanas queda muy poca calidad comercial, vale decir que no tiene precio porque son granos brotados y ya en mal estado, sí servirá para la industria, pero con un precio muy bajo”, dijo Orlando Gallas, jefe de Asistencia Técnica de la cooperativa Colonias Unidas.
Señaló que el 2020 fue un año seco, con muy bajo nivel de precipitaciones, lo que también afectó en líneas generales al sector productivo, sobre todo a la agricultura. Sin embargo, en setiembre pasado hubo muy buenas lluvias en el centro y sur de Itapúa, lo que permitió la siembra tempranera masiva de soja, que es la que está en etapa de cosecha y afectada por las intensas precipitaciones. Los registros fueron contundentes en términos de cantidad de agua caída en las últimas tres semanas que alcanzaban entre 0 y 100 milímetros por día, de acuerdo al departamento técnico de la cooperativa.
Controles. El clima soleado permite además que las maquinarias puedan ingresar para aplicar los fungicidas contra la roya, el chinche y las orugas. “La información que me llegó es que hay poca infestación de plagas y tampoco mucha presión de enfermedad, pero como es un trabajo preventivo, tenemos que entrar, incluso las máquinas están atrasadas según el calendario”, precisó al respecto el titular de la Asociación de Productores de Soja, Eno Michels.