Más de un mes después de que cientos de seguidores radicales de Trump irrumpieran en el Congreso durante una sesión clave para la transición de poder, el Senado juzgará al ya ex presidente por un solo cargo del que le acusó la Cámara de Representantes en enero: el de “incitar una insurrección”.
“Se trata del crimen constitucional más grave jamás cometido por un presidente”, afirmaron los congresistas demócratas que ejercerán como “fiscales” del juicio político en un documento presentado este lunes.
El juicio político volverá a centrar la atención de Washington en Trump menos de tres semanas después de que el ex presidente abandonara el poder, pero no lo hará por demasiado tiempo: se espera que el proceso dure apenas una semana o diez días, según las negociaciones previas.
PROCESO FUGAZ. Tanto a los demócratas como a los republicanos les interesa un impeachment fugaz: los primeros quieren despacharlo para poder centrarse en las prioridades del nuevo presidente de su partido, Joe Biden; y los segundos temen las consecuencias de un largo debate sobre las polémicas acciones de Trump.
Los demócratas controlan el Senado y tienen las riendas del proceso, pero a la hora de la verdad necesitarían convencer a 17 republicanos para poder condenar a Trump.
Eso se debe a que se necesita una mayoría de dos tercios (67 escaños) para declarar culpable al ex presidente del cargo que enfrenta, y los demócratas solo controlan 50 asientos, los mismos que los republicanos.
El partido de Biden es consciente, por tanto, de la improbabilidad de que el proceso acabe en una condena política y posterior inhabilitación de Trump para ocupar futuros cargos públicos.
El proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque convertirá a Trump en el primer presidente estadounidense que afronta dos juicios políticos -tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania-, y porque nunca antes se había sometido a un impeachment a un mandatario cuando ya no está en el poder.
Pide desestimación
El equipo legal de Donald Trump urgió a desestimar el juicio político, y señaló que es “absurdo” responsabilizar al presidente por la asonada contra el Capitolio. Pero los demócratas a cargo de la acusación respondieron afirmando que el magnate es responsable del “más grave crimen constitucional jamás cometido” por un mandatario de EEUU, cuando incitó a sus seguidores a asaltar la sede del Congreso el 6 de enero. AFP