Para dar mucho fruto. Con este lema arranca hoy el novenario de la Virgen de los Milagros de Caacupé, con la expectativa puesta en los jóvenes que manifiestan a María un amor indiscutible que crece cada año, según monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé.
Monseñor Gabriel Escobar, obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, abrirá la festividad de Caacupé a las 7.00, presidiendo la homilía que se desarrollará con el tema “Que los jóvenes aprendan que toda vida es para dar frutos”.
Nuevamente las reflexiones de los obispos girarán –entre otros asuntos– en torno a los jóvenes, teniendo en cuenta el Trienio de la Juventud que se inició en diciembre de 2016 como prioridad pastoral de la Iglesia Católica Paraguaya, que se propuso el desafío de optar por los jóvenes y pastorear el rebaño joven del Señor.
“Hay muchos jóvenes peregrinando desde hace un mes. Es increíble. Muchos vienen a cumplir sus promesas hechas por algún miembro de la familia, por los enfermos, por el éxito de sus estudios. Son bastante agradecidos. El amor a la Virgen no se puede discutir. Es muy fuerte en los jóvenes”, dijo monseñor Valenzuela.
Destacó que en los últimos años la peregrinación de la Pastoral de la Juventud Nacional cuenta con más participación de jóvenes que llegan hasta la Villa Serrana en representación de sus diócesis. Esta actividad está prevista para las 19.00 de este sábado y se espera la presencia de entre 18.000 y 20.000 jóvenes.
El obispo de Caacupé resaltó que la juventud paraguaya quiere hacer cosas por su país, pero encuentran un gran obstáculo en la corrupción imperante. “Eso los desanima mucho. Van a alguna institución a trabajar y se les obliga a entrar en esas grandes roscas que existen en las instituciones. En ellos se produce una crisis”.
Dijo que se observa una deficiencia en las municipalidades y en parte del Estado en lograr motivar a los jóvenes para evitar que se aburran, pasen necesidades o estudien y trabajen para no tomar malas decisiones en sus vidas.