Austin, la capital de Texas, albergó la concentración más numerosa de la jornada, ya que decenas de personas se agolparon a las afueras del Capitolio, sede del gobierno local, para exigir “apertura ahora”.
“No pueden cerrar América”, gritaba uno de los participantes, mientras el coro “USA, USA” animaba a varios de los asistentes a una movilización en la que escucharon sonidos de cuernos de animales y exclamaciones de “Aleluya”.
Entre los asistentes se imponían gorras alusivas a la campaña del presidente Donald Trump, así camisetas o banderas con el azul, blanco y rojo con la estrella solitaria de Texas y el estandarte estadounidense.
Las protestas, que han ido aumentando en los últimos días, se repitieron este sábado en otros estados del país, como Indiana, Nueva York y Maryland.
La manifestación en Austin, en la que se observaron algunas personas que portaban armas, tuvo lugar pese a que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, desgranara el viernes las líneas del proceso de reapertura, que incluyen el retorno a las actividades de los comercios a partir del 24 de abril, pero solo para atender pedidos para llevar o a domicilio.
“Texas puede contener la propagación del Covid-19 al mismo tiempo que adopta estándares seguros para empezar la reapertura del estado”, se lee en la cuenta en Twitter de Abbot, quien creó una “fuerza” o grupo de trabajo, conformado por médicos y líderes de los sectores privado y público, para acometer esa tarea.
Las disposiciones, dadas a conocer este viernes, abarcan igualmente el levantamiento de las restricciones a las cirugías y que los parques estatales vuelvan a funcionar, aunque los visitantes no podrán ir en grupos de más de cinco personas y deberán cumplir requerimientos de distanciamiento social y usar mascarillas.
UNA BOLA DE NIEVE. Así como el anuncio de Abbott no hizo retroceder a los manifestantes en Texas, otras voces se unieron a la demanda de reapertura en Indiana, donde los manifestantes se congregaron a las puertas de la residencia del gobernador, el republicano Eric Holcomb, portando carteles en los que se leía “Abran Indiana ahora” y defendían como “esenciales” todos los trabajos.
La presión social ha crecido después de que a raíz de las medidas de confinamiento unas 22 millones de personas debieran solicitar su subsidio de desempleo en el último mes en EEUU, con más de 5,2 millones de esos pedidos correspondientes a la semana pasada.
En Annapolis, una localidad del estado de Maryland, vecino de la capital estadounidense, numerosos conductores haciendo sonar sus bocinas y ondeando banderas recorrieron las calles para expresar su descontento con la cuarentena, escena que se replicó en Watertown, una ciudad situada en la parte alta del estado de Nueva York, uno de los más golpeados por la pandemia.
“No es sobre Trump, es sobre alimentar a mi familia. Abran la parte alta del estado de Nueva York”, decía una mujer en un cartel.
El viernes, Trump tuiteó “Liberen Minnesota”, “Liberen Michigan” y “Liberen Virginia”, en una serie de mensajes en los que además se refirió al derecho a portar armas que protege la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense.
Estados Unidos es el país más afectado por el nuevo coronavirus. Tan solo ayer se registraron 30.500 nuevos casos y los contagios llegaron a los 716.000, mientras que las víctimas mortales ya son casi 38.000.
22
millones de personas solicitaron el subsidio de desempleo en EEUU desatando una gran presión social.