El senador de Cruzada Nacional, Paraguayo Cubas, decidió cambiar sus cartas de juego al no tener la respuesta que esperaba de parte de la ciudadanía en lo que él considera que es una lucha contra la corrupción. Dejó a un lado el enfrentamiento directo y ahora utiliza la ironía como herramienta.
La llegada del legislador a la sala de sesiones estuvo acompañada por la risa de varios de los presentes. “El nuevo” Payo Cubas se presentó elegantemente vestido con traje, camisa y corbata, dejando a un lado su vestimenta informal. Además, se colocó una peluca que cubre completamente su calvicie.
“Es la onda para todos aquellos que estamos en la senda del patriotismo paraguayo. Merecemos la mejor estética, es la imagen que corresponde”, afirmó irónicamente el legislador a los medios de prensa antes del inicio de la sesión ordinaria de este jueves.
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Con su nuevo estilo, siguió con la burla y le pidió al ex presidente de la República, Horacio Cartes, que ahora le tenga en cuenta a la hora de comprar votos para evitar el aumento del impuesto al tabaco, proyecto cuyo tratamiento se postergó hasta marzo del año que viene.
“Le voy a vender por USD 10.000 mi voto, no por USD 50.000 como le vendieron acá”, afirmó, dejando entrever una vieja práctica –que es la compra de votos en el Congreso- denunciada por varios senadores en su momento, pero que nunca fue probada.
¿Por qué el cambio de Paraguayo Cubas?
El senador señaló en la víspera que se cansó de hacer reclamos en favor de la ciudadanía y afirmó que, desde ahora, será un corrupto más en la Cámara Alta.
“Es hora de tener camioneta del año. Es hora de que me vaya al Albert Einstein y también al Sanatorio Sirio Libanés. Ya he declarado que hoy soy un senador corrupto más”, afirmó al momento de anunciar el cambio de imagen.
Además, invitó al titular del Congreso, Silvio Ovelar, a que lo “tenga en cuenta” para las votaciones importantes.
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“Ya uso camisa de marca, ya voy a empezar a usar corbata también, y cuál es el problema. No voy a atender más en El Mercadito, ni me voy a ir más a Guahory a perder mi tiempo por ahí”, apuntó.
“Nunca hubo revolución, nunca hubo democracia y nunca va a haber tampoco. Como la democracia no funciona y las urnas tampoco, he decidido ser feliz”, subrayó el legislador en reclamo a la falta de respuesta de la ciudadanía ante los casos de corrupción.