Los lecheros cultivaron nabo y avena negra en dos hectáreas de sus fincas, rubros que son más resistentes a los factores climáticos.
La productora Jacinta Ortiz, de San Ignacio, Misiones, comentó que gracias a estos abonos verdes pudo alimentar a sus vacas durante tres meses luego de las fuertes heladas que le dejaron sin pastura.
En la misma línea Gladys Flecha, de Maracaná, Departamento de Canindeyú, dijo que en su caso la producción de leche de sus 9 vacas incluso aumentó. Como también se dedica al ensilaje de maíz, no compra suplementos de alimentación, lo que le permite tener mayor rentabilidad, a diferencia de los trabajadores rurales que se vieron afectados por la abrupta suba de los precios de los balanceados.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppLa distribución de semillas y asistencia técnica estuvieron a cargo del Viceministerio de Ganadería en el marco del Programa Nacional de Fomento de la Cadena Láctea. En la segunda etapa la superficie se redujo a media hectárea con sorgo y pastura, porque el presupuesto fue absorbido por una mayor provisión de cal agrícola, según informaron los coordinadores el Plan Forrajero.
El técnico Miguel Cano mencionó que se gastaron poco más de G. 300 millones en el proyecto y que para el próximo año el objetivo es llegar a 300 lecheros. La idea es que los productores puedan apostar a la planificación para alimentar a sus vacas con sus propios cultivos para depender menos de los suplementos y que consecuentemente bajen sus costos de producción.