13 mar. 2025

Con promesas vacías Gobierno deja al país sin tren de cercanías

En pleno siglo XIX al Gobierno de los López le tomó apenas una década hacer realidad el proyecto de un ferrocarril para el Paraguay. Desde entonces, gobierno alguno ha sido capaz de impulsar siquiera el modesto proyecto del tren de cercanías. Las autoridades anteponen complicados cálculos financieros para justificar la inviabilidad del proyecto, poniendo esto por encima del bienestar general. La gente necesita con urgencia una nueva movilidad urbana que asegure su calidad de vida, pues el caos del tránsito requiere de soluciones efectivas.

En diciembre del 2023, el presidente Santiago Peña había promulgado la Ley 7237 que fijaba las disposiciones y el financiamiento para la ejecución e implementación del proyecto tren de cercanías en el tramo Asunción-Ypacaraí. “Con el tren de cercanías disfrutaremos de un transporte rápido, cómodo y seguro, ayudando a descongestionar el tránsito en las zonas beneficiadas”, había prometido Peña en sus redes sociales. Lamentablemente, la promesa cayó en saco roto y las ilusiones de paraguayos y paraguayas no duraron ni siquiera un año.

La obra debería haber estado a cargo del Ministerio de Obras Públicas y la empresa Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa). El proyecto buscaba unir un tramo de 43 kilómetros desde entre Asunción e Ypacaraí, incluyendo las localidades de Luque, Areguá e Itauguá. Se había anunciado, asimismo, que se emplearía la infraestructura existente del antiguo trazado e itinerario del tren, con dos tramos, con Asunción a Luque, a doble vía, y luego, de Luque a Ypacaraí, a una vía. Nuestro hoy malogrado tren de cercanías iba a tener una capacidad de transporte de 285 personas por viaje, con una velocidad media de 33 km por hora, iba a ser ecológico pues se usaría energía eléctrica y tendría cero emisiones de gases. Por sobre todo, podría haber sido un cómodo y seguro transporte para los usuarios, con un importante potencial.

Nueve meses después del anuncio de Santiago Peña, el Gobierno comunicó que el proyecto ha quedado sin efecto. Aunque el titular Fepasa aseguró que están planeando llevar a cabo la obra con empresas paraguayas y recursos del Estado y que sería presentado otro proyecto al Congreso.

El tren de cercanías como proyecto fallido nos recuerda a otro parecido. Se trata del Metrobús que había sido presentado como una gran obra para modernizar y solucionar parte del caótico y colapsado transporte público, pero que al final terminó como una estafa a las grandes expectativas de la ciudadanía y de los comerciantes de la zona.

Sobre el Metrobús, Santiago Peña anunció, el 12 de diciembre de 2023, que este ya no sería implementado.

Dicho proyecto se había iniciado hacia el final del Gobierno de Horacio Cartes. En aquella ocasión, el presidente reconoció que el Metrobús era un proyecto “bastante integral”, con desagües y otras obras complementarias, pero admitió, al mismo tiempo, que el Gobierno debía encontrar una solución para el sistema de transporte público que en el Paraguay se caracteriza por ser pésimo; un sistema de concesión, manejado por empresas privadas con itinerarios concesionados. Poco después, anunciaba con bombos y platillos el proyecto del Tren de Cercanías; para volver a enterrarlo meses después.

Queda claro, ante tantos proyectos malogrados que realmente no existe voluntad ni interés de dar soluciones a los problemas de la población. Porque es evidente que necesitamos proyectos que estén pensados en la gente y que puedan resolver el gran caos del tráfico. Para ello se requiere de mucho compromiso con las necesidades de la población para hacer realidad una mejora del sistema de movilidad urbana. El actual sistema ya no tiene sostenibilidad, con calles y rutas atestadas de vehículos dependientes de un tipo de combustible que además de caro es sumamente contaminante.

Un tren y buses de tránsito rápido serían opciones para que el ciudadano ya no dependa del automóvil o la moto, además de que urge asegurar un transporte cómodo y seguro durante las 24 horas. Mientras se acumulan las promesas, el ciudadano seguirá padeciendo el peor transporte público de la región y sus necesidades ignoradas por gobiernos que le niegan derechos y calidad de vida.

Más contenido de esta sección
Las carencias y las improvisaciones volvieron a marcar el inicio de un nuevo año escolar en las instituciones públicas. El programa insignia del Gobierno de Santiago Peña, Hambre Cero, enfrenta tropiezos y sigue mostrando improvisaciones. Como cada año, surgieron problemas en la entrega de los kits escolares, sumados a la preocupante normalización de la precariedad en la infraestructura de escuelas y colegios. Es inaceptable que la solución a los problemas de la edu-cación en Paraguay siga postergándose. Las necesidades de los niños no pueden esperar.
La Justicia paraguaya enfrenta un importante desafío. No se trata solamente de que las víctimas de lo que actualmente se conoce como la mafia de los pagarés reciban justicia, sino de que todo el sistema judicial logre estar a la altura de la situación. Con demasiada frecuencia se puede observar la manera en que las mismas víctimas deben manifestarse ante las autoridades para formular sus reclamos. Urge celeridad y mayor respeto a aquellas personas que tanto han sido perjudicadas. Necesitamos que la Justicia sea rápida, justa e independiente.
Exactamente con la misma progresión en que se desvelan las miserias de las carencias en nuestra salud pública, surgen al mismo ritmo los groseros privilegios que siguen siendo distribuidos en el Parlamento. Definitivamente no puede ponerse en duda la generosidad de la clase política en el momento de repartir el dinero público entre allegados, familiares, recomendados y afines políticos. Mientras en el país faltan recursos para habilitar terapias neonatales, bachilleres con “conocimientos empíricos” ocupan cargos con jugosos salarios.
Paraguay continúa con importantes rezagos en materia de infraestructura de todas las dimensiones. Durante más de una década, aumentó su deuda pública con la excusa de financiar infraestructura física. Al no haberse previsto una solución estructural y de largo plazo, hoy estamos ante la grave situación de haber llegado al límite de la sostenibilidad de la deuda, sin que las inversiones realizadas hayan tenido efectos sustanciales en la calidad del crecimiento ni en la calidad de vida. Por lo tanto, debemos hablar de la necesidad de una reforma del sistema tributario no solo para impulsar la inversión pública, sino también para pagar la deuda.
Las inversiones en servicios públicos son pilares fundamentales para el desarrollo económico, social y humano de cualquier nación. Los servicios públicos, como la educación, la salud, el transporte, el agua potable y la energía, son esenciales para garantizar una calidad de vida digna y para la producción y productividad económica. Recientemente, autoridades de Essap señalaron que requieren de unos USD 300 millones para optimizar su gestión y ANDE alrededor de USD 600 millones por año para mejorar la calidad. El país debe hacer el esfuerzo por financiar estas obras necesarias, pero debe hacerlo de manera justa para que los beneficios alcancen a todos y contribuyan a reducir las desigualdades entre personas, empresas y regiones.
En este Día Internacional de la Mujer es oportuno reflexionar sobre su aporte a la sociedad y sobre las deudas aún pendientes para que sean reconocidas por sus méritos y su contribución. Este año, Naciones Unidas hace un llamado a la acción para ampliar la igualdad de derechos, poder y oportunidades para todas, como dice el lema: Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento. Queda mucho por hacer, especialmente para garantizar una vida digna, libre de violencia para todas las mujeres.