Santa Rosa - MISIONES
En medio de la conmoción causada en la gente por la manera brutal de arrancársele la vida, fueron enterrados ayer los restos de Fiorella, la nena de dos años que expiró finalmente el viernes a la mañana en el Instituto de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram), adonde había sido derivada desde la comunidad de San Solano, del distrito de Santa Rosa de Lima (Misiones), en coma, el pasado miércoles. Ese día los médicos la declararon con muerte cerebral.
La forense del Ministerio Público Mirian Galeano, quien la inspeccionó estando en terapia intensiva, informó que el cuerpo de la menor tenía golpes. Uno en la cabeza y otro en el torso, hechos con un objeto contundente como un palo o mazo, o una pared. Su madre Bárbara Silva (30) está imputada por homicidio doloso y se encuentra recluida en el Buen Pastor, aunque ella sostiene que Fiorella se golpeó al caer de un tobogán y de la cama.
Ayer, alrededor de las 11.00, bajo un intenso sol, el féretro que trasladaba el cuerpo de la pequeña salía de la casa de su padre y era llevado hasta el cementerio local, acompañado por vecinos, familiares y amigos, que coparon el sitio.
Una camioneta cargó el pequeño cajón de color blanco, propio de los angelitos; era seguido por la multitud de peregrinantes, encabezada por el padre de la niña, Gustavo Torres, quien se mostró destrozado y no podía contener las lágrimas tan solo un momento.
CONDOLIENTES. Junto al padre caminaban cientos de personas de diferentes lugares para acompañarlo, llevando a la hija hasta su última morada. “Ya es un ángel que alegra el cielo y nos va a cuidar”, decían algunos. Otros no ocultaron su indignación y a gritos pedían que se haga justicia y que el responsable de la muerte de Fiorella pague por lo que hizo. “Voy a seguir el caso y quiero que se haga justicia; eso es lo que más quiero. Que se aclare este caso”, decía su padre, que la vio por última vez en Semana Santa.
encuentro emotivo. Uno de los momentos más emotivos de la jornada se dio cuando llegaron al cementerio familiares de Juan Javier Benítez, Juancito, un joven de 19 años que fue asesinado en Santa Rosa el pasado 12 de junio. Su madre, María Cristina Benítez, familiares y amigos estuvieron presentes en el cementerio, se abrazaron con el padre de la niña y pidieron justicia por la muerte de ambos.
Desde Misiones, una comitiva fiscal encabezada por la jueza Dora Maciel y el fiscal González llegaron a Asunción para intervenir en el caso y ya a la tarde del viernes procedieron a la autopsia del cuerpo de la menor, bajo el anticipo jurisdiccional de prueba, en la que se confirmó que la niña presentaba hematomas, producto de golpes, y traumatismo de cráneo realizado con objeto contundente.
“Este pudo haber sido un mazo, un picador de carne, entre otros”, expresó el agente del Ministerio Público.