En casi dos horas, el músico uruguayo intercaló sus viejas canciones con las novísimas, logrando una constante ovación del numeroso público que fue a disfrutar de su talento musical.
Siguiendo la tradición de los cantautores, Drexler explicaba sus canciones contando sus orígenes, o a quien iba dedicada o cómo la había compuesto. Esta comunicación constante con su público crea siempre un ambiente de confianza y complicidad que luego se percibe en la conexión que logra con sus seguidores.
Como era de esperarse, abrió la noche con “El plan maestro” y con “Corazón impar”, temas del disco que está en vitrina y de los cuales sus fanáticos ya se apropiaron coreándolos como si fueran clásicos.
Y si de clásicos hablamos, el Arena explotó con “Me haces bien”, que posiblemente es una de las creaciones de Drexler más requeridas. La noche nos mostró así a un Drexler que se movió y bailó por todo el escenario desplegando una energía compartida con sus compañeros.
Justamente, parte del show consistió en dar participación destacada a cada uno de sus coristas e instrumentistas.
Especialmente emotiva fue la versión de “Asilo”, en la que Miryam Latrece cumplió con creces la parte que en el original corresponde a Mon Laferte.
El cantautor presentaba y agradecía a cada uno de su equipo, incluso al acomodador, mostrando un liderazgo que busca reconocer su éxito en el trabajo que consigue con el esfuerzo de todos.
Por supuesto, un concierto de Jorge Drexler en Paraguay obligadamente debe incluir un tema: “Milonga paraguaya”; dedicado a Agustín Barrios Mangoré, a quien el cantante considera no solo un virtuoso de la guitarra, sino un personaje universal.
Con estas palabras, ya el público estaba emocionado y al terminar de cantarlo, lo hizo con tanta pasión, que se ganó una ovación de pie. En su anterior concierto en Asunción (en el BCP en el 2019) la interpretación de esta composición fue también el momento más emotivo de su presentación.
La noche transcurrió así, con un Drexler bailando y animando, pidiendo que canten con él “!Oh, algoritmo!”, por ejemplo, o haciendo callar a todo el Arena con su canción “Silencio”, perteneciente a su anterior álbum “Salvavidas de hielo”, cuyos temas fueron los que más sonaron junto a los de “Tinta y tiempo”.
Cuando llegó el momento del bis fueron a descansar un minuto, aunque no se hicieron de rogar y volvieron con todo para cuatro canciones más que incluyó al clásico y coreado “Todo se transforma”, con lo cual fue despedido bajo una lluvia de aplausos y palabras de cariño.
Sin embargo, Drexler y su equipo volvieron para una canción más, donde solo ya con su guitarra y sus compañeros apoyándolo en voces y palmas cantó como despedida definitiva “Por amor al arte”, canción con un mensaje muy significativo y que refleja la gran vena poética del cantante.
Así fue el broche de oro para un encuentro de muchos afectos emanados de un selecto público que tiene una gran admiración y respeto hacia este uruguayo que ya tiene su lugar en el corazón de muchos paraguayos. Prometió volver y seguro cumplirá.