30 abr. 2025

Condonar es político

Miguel H. López – En TW: @miguelhache

Una de las primeras acciones que uno debe encarar para no ser presa de la falsedad y la maniobra es poner en duda el discurso; ver de dónde proviene y reparar en sus antecedentes. La presencia de campesinos de la CNI en Asunción, reclamando emergencia agraria y condonación de deudas contraídas por pedido del Estado, que luego no les respondió, es uno de esos asuntos que tienen mucho de la palabra y la maniobra.
Más allá de lo que los sociólogos señalan, de que el discurso nos habla, también hay que incorporar su otra faceta, la de que el discurso nos envuelve, nos enuncia y nos coopta si no articulamos mecanismos de mejor comprensión, y aún así.
En estos días el Gobierno, a través de sus diversos perifoneadores, nos trata de hacer creer que está cambiando de posición con respecto a la condonación por un asunto estrictamente político. Y la realidad es que el asunto siempre fue político. Tanto el apoyo y el rechazo son políticos.
El presidente del Partido Colorado y diputado por esa facción Pedro Alliana, casi estupefacto dijo el martes que condonar a los campesinos era una locura, que el asunto “no tiene pies ni cabeza”. Pero que el presidente Horacio Cartes, su mentor, no vetaría la ley.
Durante los casi 25 días que dura la presencia campesina en la Plaza de Armas, contra frío polar y ataque de los sectores de poder y muchos medios de comunicación comercial, los parlamentarios y políticos colorados dijeron de todo en contra de ellos.
Para no ir más lejos, y en una clara y explícita posición política, el pasado 26 de julio la Comisión Ejecutiva del Partido Colorado (ANR) emitió un documento y ordenó a sus legisladores rechazar todo tipo de condonación y subsidio y respaldar firmemente la fórmula propuesta por el Poder Ejecutivo de la rehabilitación financiera con la intervención del Banco Nacional de Fomento y del Crédito Agrícola de Habilitación.
Luego, esta posición fue variando y ahora la explicación es que el presidente promulgará la normativa y la reglamentará para definir cómo ejecutarla. Esta también es una posición política que en su explicación arguye que se busca evitar mayores convulsiones sociales y que eventuales sectores insuflen la desestabilización del Gobierno.
Cuando el discurso oficial expresa que algo está motivado por razones políticas, lo que pretende es incriminar o criminalizar a sectores no apegados a su línea, dándole sentido censurable, peligroso, amenazante. Sin embargo, cuando son ellos quienes ejecutan acciones por razones políticas, no las asumen como tales aunque naturalmente lo sean. En realidad, en ningún sentido la política es negativa. En todo caso manipularla es lo jodido. Y el Gobierno y sus políticos articuladores lo hacen con frecuencia. De ellos es de quienes realmente debemos cuidarnos.