La agencia de empleos más rápida y efectiva es el Estado y lo pueden corroborar los parientes de los distintos legisladores, en especial colorados y liberales, que evitan así concursar por los cargos.
A pocos meses que el presidente de la República, Santiago Peña, haya asumido empezaron los contratos directos y sin concurso para los familiares directos y cercanos de los diputados y senadores.
El tráfico de influencias es la práctica común que hace semanas vienen justificando las propias autoridades bajo el ropaje de “cargos de confianza”.
La costumbre de conseguir el empleo o que los familiares de varios de los legisladores trabajen en la misma institución donde ellos ejercen de autoridad o directamente en sus oficinas, configura tanto tráfico de influencia y nepotismo.
El escándalo de los contratos con jugosos salarios, se destapó con el comisionamiento de la propia hija del vicepresidente, Pedro Alliana, de nombre Montserrat Alliana, quien del Ministerio de Trabajo donde figura su ficha, pasó de ganar G. 6 millones a G. 18 millones en la Cámara Baja, actual lugar de trabajo, sitio al cual se aferra y el propio padre ha dicho que no piensa renunciar. Se añadieron los casos del hijo del titular de la Cámara Alta, Silvio Ovelar.
En el caso del joven Alejandro Ovelar, asistente de la Cámara Baja (ver info) terminó por renunciar como respuesta a la presión e indignación ciudadana.
No obstante, la renuncia no ha sido la constante, sino más bien la excepción, puesto que todos los demás hijos, esposas, tíos, sobrinos, yernos, nueras, de los legisladores siguen campantes y atornillados a sus cargos.
Tal es el caso de los hijos del diputado Cleto Giménez y de la diputada, Roya Torres, ambos de extracción liberal.
En el caso de Giménez, tiene dos hijas y su esposa, todas en Diputados. Giménez mintió al decir que sus hijas renunciarían, puesto que siguen en la institución legislativa.
Su esposa, Liz Rotela, con sueldo de G. 4.500.000 tampoco piensa renunciar a su puesto. También, el hijo del diputado Roya Torres, Elías Godoy, asesor a sus 19 años, sigue aferrado pese a que la madre había prometido que intercedería para lograr la renuncia.
Persisten también en sus cargos los hijos de los diputados Pedro Ortiz, José Adorno, Héctor Figueredo; las parejas de los diputados Cantero y Solinger (ver info); los cuñados del diputado Ariel Villagra, los sobrinos del diputado Leonardo Saiz e igualmente en sus puestos siguen los parientes de varios senadores.
Mientras miles de compatriotas se debaten entre la vida y la muerte. Esto no puede estar bien (contratos). Esther Roa, presidenta de la Coordinadora de Abogados Py.
El despilfarro empieza por Latorre con su gabinete de oro
El presidente de la Cámara Baja, diputado Raúl Latorre, de extracción cartista, se mandó a silencio desde que saltaron los escandalosos contratos por parte de familiares de sus colegas, a los que también acompañan decenas de contratos directos para operadores.
El legislador debe explicar a la ciudadanía y eventualmente a la justicia, puesto que también está denunciado ante la Fiscalía por avalar desde su función de ordenador de gastos hasta 300 contratos sin concurso, muchos de ellos para familiares de las autoridades de legisladores con jugoso salario y sin la garantía de que esten ejerciendo alguna función, ya que muchos fungen de operadores y solo deben firmar planillas.
Latorre no solo termina por avalar los injustos contratos mientras que gran parte de la juventud deambula sin su primer empleo digno, sino que también dio una lección de derroche en los primeros meses de su mandato como titular de la Cámara de Diputados, a saber por los jugosos salarios que brindó, una vez llegó a la Presidencia, a su primer anillo.
Leales con sueldazos. Así, el primer anillo de Raúl Latorre en la Cámara de Diputados le cuesta al erario mensualmente la suma de G. 132.103.840 al mes, es decir, unos 1.585 millones anuales.
Ese círculo de confianza de funcionarios en su despacho lo conforman el abogado, Ariel Isacio Martínez, miembro de su equipo político y quien lo acompañó en su campaña electoral.
Fue premiado hace un par de meses, puesto que pasó de un salario de solo G. 2.700.000 mensuales, a G. 28 millones.
Así también, Máximo Medina, director de RRHH, pasó de G. 5 millones a más de G. 29 millones; Germán Jovellanos pasó de G. 2.700.000 a G. 26.777.900 en el Despacho de la Presidencia de Diputados.
También la fotógrafa de presidencia, Katherine Krone, gana G. 10.580.000.