REUTERS, EFE y AFP
MANCHESTER - REINO UNIDO
El ataque del lunes fue el más letal en el país desde que 4 musulmanes británicos causaron la muerte de 52 personas en actos coordinados con bombas contra el sistema de transporte de Londres en julio del 2005.
El atentado suicida que causó al menos 22 muertos y 59 heridos en Manchester, al término de un concierto de la cantante pop Ariana Grande, conmocionó a artistas y celebridades del mundo entero, que expresaron su horror.
Países desde EEUU hasta Japón evaluaban reforzar la seguridad en teatros, estadios deportivos y centros de eventos tras el hecho.
Ataques en París, Niza, Bruselas, San Petersburgo, Berlín y Londres en los últimos años han conmocionado a los europeos, ya atemorizados por los desafíos que implica una masiva inmigración y la expansión del radicalismo islamista en sus fronteras.
posibles ataques. Gran Bretaña elevó su nivel de alerta de seguridad a crítico desde severo, sostuvo May, quien destacó que la decisión significa que “un nuevo ataque podría ser inminente”. El ministro de Defensa, Michael Fallon, ha dado su visto bueno a la puesta en marcha de la “operación Tempora”, que prevé que hasta 5.000 soldados colaboren en labores de seguridad bajo mando policial, señaló May. La policía avanzó en la investigación. “El sospechoso de la atrocidad fue identificado como Salman Abedi, de 22 años”, dijo a la prensa Ian Hopkins, comandante de la policía de Manchester. El comandante de la policía de Manchester dijo a la prensa que la prioridad es establecer si (el atacante) actuó solo o como parte de un grupo, añadió, tras confirmar la detención de un hombre de 23 años y el registro de dos viviendas.
En un comunicado publicado en uno de sus canales habituales en las redes sociales, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) afirmó que uno de los soldados del califato colocó unas bombas entre la muchedumbre durante el concierto. La agencia de propaganda del EI afirmó por su parte que hay un equipo de combatientes detrás del atentado.
Scotland Yard prevé vigilar a partir de ahora todo tipo de eventos de aforo reducido que hasta el momento no contaban con presencia policial y aumentará el número de agentes armados que patrullan por la capital británica. Tras la reunión con la cúpula de seguridad nacional, May viajó a Manchester para visitar el hospital infantil donde reciben tratamiento algunas de las víctimas del atentado.