23 nov. 2024

“Contacto con personas en todo el país es un nuevo tipo de diplomacia”

Hasta ayer contaba con 28.900 seguidores en Twitter, la red a través de la cual fue compartiendo su día a día como embajador británico en Paraguay e interactuar con ciudadanos de distintas partes del territorio.

Despedida.  Matthew Hedges regresa a Londres luego de 11 años de servicio en el exterior, 3 de ellos en el  Paraguay.

Despedida. Matthew Hedges regresa a Londres luego de 11 años de servicio en el exterior, 3 de ellos en el Paraguay.

Foto: Gentileza

soviedo@uhora.com.py

Lejos de la imagen acartonada de los diplomáticos, a Matthew Hedges se lo vio amasando chipa, paseando en ómnibus del transporte público, departir con la gente de pueblo en los lugares que pudo visitar del Paraguay en el curso de estos tres años de misión que finaliza, o intercambiar con sus animados seguidores en Twitter sobre la mejor receta de empanada paraguaya o cómo se prepara y sirve el té en su país.

Pero quizá la acción más comentada, por seguidores y detractores, haya sido su participación en las marchas del Orgullo Gay y de la Comunidad LGTBI en Asunción, algo nunca antes visto en el Paraguay por parte de un diplomático, lo que, reconoce, ha motivado algunos mensajes homofóbicos.

–Hemos observado una interacción extraordinaria entre usted y numerosos ciudadanos del país. Hoy tiene cerca de 29 mil seguidores en Twitter. Esta forma de comunicarse con el público normalmente no se da en el ámbito diplomático. ¿Qué cambios plantea la comunicación digital a la política exterior?

–Personalmente diría que ese relacionamiento con la gente fue uno de los aspectos placenteros de mi trabajo. Y sí, creo que muchísimas personas tienen una impresión de la vida diplomática, y de un embajador en particular, como si no viviera en el mundo normal de la gente, como si viviéramos en una burbuja.

Pero en realidad, si yo no tuviera ese contacto, no podría entender este país en toda su diversidad, en todos sus aspectos. Aunque viajo, viviendo acá en Asunción, difícilmente podría entender la vida de otras ciudades del país.

A través de mi cuenta en Twitter entiendo un poco mejor, porque tengo contacto con personas en todo el país. Es un nuevo tipo de diplomacia, sigo con las responsabilidades principales de representar a mi país ante el Gobierno y ante la Legislatura, pera esa comunicación directa con el público me permite comprender el país, aprender mucho, y también comunicar al pueblo paraguayo sobre dos cosas.

–¿Qué cosas?

–La primera, cómo somos como británicos, cuáles son nuestros valores, porque esto de los valores nos define mucho. Explicarlos acerca a los dos pueblos.

La segunda cosa es desafiar un poco lo que es la imagen de un diplomático y tratar de mostrar con cierta autenticidad lo que es mi experiencia en este país en todos sus aspectos. Y bueno, creo que para algunas personas ha sido un poco difícil entender por qué hacemos eso.

Digo hacemos, porque no solo yo lo hago, sino todos los embajadores británicos tratamos de comunicar directamente también a través de las redes. Es como ejercemos la diplomacia ahora en el Reino Unido. Para algunas personas ha sido un poco difícil de entender que eso es parte de mi trabajo, una parte muy importante.

–Su interés por conocer al Paraguay profundo, su valoración de las tradiciones, usos y costumbres del país no han pasado inadvertidos. ¿Siempre fue así como diplomático o halló aquí un clima que favoreció esta forma más cotidiana de ejercer la representación de su país?

–En realidad, venía trabajando ya de ese modo. Pero una cosa es comunicar, otra es tener una recepción de lo que uno comunica. La que yo tuve aquí en Paraguay facilitó mucho esta manera de hacer mi trabajo. O sea, a pesar de tener esa visión de querer comunicar y querer entender toda la nación durante otras misiones, fueron la reacción y la recepción tan calurosa, tan abierta en Paraguay las que han cambiado completamente esa parte de mi labor y han facilitado este aspecto. En comparación con mis colegas en otros países, sé por ejemplo que tengo más seguidores acá que mi colega en Washington. Es una reacción tan fuerte, que me impresionó, y será una de las cosas que voy a recordar y mantendré, por su calidez.

–En el 2018, el ministro Eladio Loizaga lo convocó a la Cancillería para expresarle la molestia del Gobierno por un tuit suyo, que valoraba positivamente la libertad a los campesinos del caso Curuguaty. Usted se había expresado sorprendido y atacado en su libertad de expresión. ¿Cómo administra un embajador sus opiniones en las redes sociales sin caer en el riesgo de que las tomen como intromisión en los asuntos internos?

–Bueno, la verdad es que todavía no entiendo bien, por qué aquel tuit le molestó tanto al señor canciller. Yo simplemente reconocía una decisión de la Corte Suprema de la República del Paraguay. No fue una opinión durante el proceso, era después de la decisión. Pero más allá de eso, yo no opino sobre cualquier cosa.

En mi cuenta de Twitter lo hago de una manera profesional. Claro, también hay opiniones sobre asuntos más leves, no tan relevantes. Pero si es sobre una cosa importante opino de una manera profesional y solo con el respaldo de mi Gobierno y sería no sobre la política interna del país. No sobre partidos políticos ni proyectos de ley, pero sí sobre asuntos más universales. Por ejemplo, derechos humanos.

En el Reino Unido trabajamos mucho en el apoyo a defensores de derechos humanos en el mundo. Eso me parece muy importante y bastante único del punto de vista de la diplomacia de los grandes países del mundo. Tiene un vínculo con una diplomacia moderna 2.0, que no es solo de reuniones con autoridades y de discursos en la academia, sino una más proactiva, más comprometida. Pero sí, reconozco que a algunos esa visión de la diplomacia le cuesta un poco.

–Su abierta defensa de los derechos LGBTI, incluyendo su participación en la marcha del orgullo gay, ¿le ha acarreado algún problema, o granjeado enemigos?

–No, personalmente no. Ningún problema, ninguna discriminación. Pero siendo embajador, tengo algunos privilegios, por lo que no creo que mi experiencia sea típica. Sí he sido objeto de comentarios homofóbicos en las redes. Tampoco me han afectado mucho ni han cambiado el trabajo que hago.

Sigo con un respeto enorme hacia la gente que trabaja en ese sector o que aboga por los derechos y que no tienen los privilegios que tengo yo. Por eso me parece tan importante que personas que sí tienen ciertos privilegios utilicen también su voz para apoyar a esa gente que no los tiene.

–¿Qué potencialidades ve al Paraguay?

–Su potencial energético, que da una oportunidad enorme para atraer e impulsar el crecimiento. Combinado con el régimen de impuestos y una población muy joven constituye un contexto muy atractivo para los inversores. Los jóvenes deben ser los protagonistas del desarrollo económico y social.

–¿Cuál será su próximo destino?

–Regreso a Londres, después de casi 11 años. Voy a trabajar en una agencia de la Cancillería que se llama Fundación Westminster para la Democracia, voy a ser el director para las Américas y para el Asia.

Muchísimas personas tienen una impresión de la vida diplomática, y de un embajador en particular, como si no viviera en el mundo normal, como si viviéramos en una burbuja.

El potencial energético da una oportunidad enorme para atraer e impulsar el crecimiento. Combinado con el régimen de impuestos y una población muy joven.

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