Los positivos detectados del 18 al 24 de abril representan la cifra semanal más baja de los últimos cuatro meses, y suponen que los contagios vuelvan a los números previos a la ola vinculada a la variante ómicron, en la que llegaron a reportarse más de 20 millones de casos por semana el pasado enero.
En cuanto a los descensos, se observa una rápida tendencia descendente desde febrero, y la cifra semanal es la más baja desde principios de marzo de 2020, el mes en el que el coronavirus era declarado una pandemia por la OMS.
La organización pide, sin embargo, que estas estadísticas, reflejadas en su informe epidemiológico semanal, sean analizadas con cautela, especialmente las relativas al número de casos, ya que muchos países han reducido dramáticamente la realización de tests, ante el aumento de contagios leves y asintomáticos.
Un 99,7% de los casos analizados en el laboratorio en los últimos 30 días estuvieron ligados a la variante ómicron, dominante en el mundo desde finales de 2021 y normalmente asociada formas más leves de Covid-19, si bien la OMS continúa en alerta ante la posibilidad de que el coronavirus evolucione a mutaciones más peligrosas.
“Recomendamos mantener una fuerte vigilancia del virus SARS-CoV-2 durante el resto de fase aguda de la pandemia”, afirmó la organización con sede en Ginebra en el informe.
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Geográficamente, Europa fue la que más casos detectó la semana pasada (2,2 millones), aunque estos mostraron un descenso del 28% con respecto a los siete días anteriores, mientras que en Asia Oriental y Pacífico hubo 1,4 millones de contagios, una bajada del 28% tras semanas en las que fue la región más afectada por la pandemia.
América reportó 550.000 casos (una subida del 9%), el sur de Asia 161.000 (un 6% menos), África 36.000 (un 32% más) y Oriente Medio 22.000 (un descenso del 30%).
La mayor cifra de muertes se registró en el continente europeo (6.800, aunque con un descenso del 23%), en tanto que en América se contabilizaron 4.029, lo que significó una bajada del 19%.
Desde el inicio de la pandemia hace más de dos años, una de las más graves del último siglo, se han detectado en el planeta 508 millones de casos y 6,2 millones de muertes.
La crisis sanitaria ha obligado a administrar más de 11.000 millones de dosis, con las que por ahora se ha protegido a alrededor del 65% de la población mundial.