Ante su inminente destitución dentro del marco de su juicio político en el Senado, ayer el contralor Enrique García presentó sorpresivamente su nota de renuncia al cargo.
Lo hizo en medio de la exposición a su favor que hizo el liberal Blas Llano, y en conocimiento de que ya había los 30 votos para su condena.
Los senadores en mayoría decidieron levantar la sesión, sin concluir el proceso.
Estuvieron presentes para el momento de la sentencia 44 senadores, y la única ausencia fue de Paraguayo Cubas, quien se encuentra suspendido por “inconducta”.
Mientras se daban las idas y vueltas entre defensas y acusaciones en torno al contralor y su veredicto solamente se tenían 28 números.
De acuerdo al sondeo, a pesar de la orden de Horacio Cartes de destituir a García, el propio líder de su bancada, Juan Darío Monges, estaba decidido a no acompañar.
El bloque de los 9 llanistas tampoco estaba a favor de que sea condenado, al igual que Fernando Lugo, Sixto Pereira y Jorge Querey, del Frente Guasu. Cabe recordar que el contralor fue procurador durante el gobierno del ex obispo.
La otra bancada colorada que apuntaba a salvar al enjuiciado fue la conformada por Lilian Samaniego, Derlis Osorio y Mirta Gusinky.
Con esto se sumaban 15 votos por la absolución, y los que pretendían la destitución solamente llegaban a 28.
Los que finalmente volcaron la balanza e hicieron correr al contralor fueron Gusinky y Querey, y así se completaron los 30.
El debate. García volvió a presentarse junto con sus abogados confiado en que se salvaría y permanecería en el cargo, e insistiendo en que se desista el enjuiciamiento.
En la primera sesión, de las tres que estaban previstas, no hubo inconvenientes en admitir las pruebas presentadas por el contralor, en la convocatoria del martes pasado.
Luego, en la que correspondía a la presentación de los alegatos, hicieron uso de la palabra los diputados que hicieron de fiscales acusadores, Ramón Romero Roa y luego Celeste Amarilla.
El colorado sostuvo que ni el juicio ni la acusación eran una basura como calificó el contralor en su descargo.
Sostuvo que el proceso sobre el caso Ivesur no concluyó, sino que quedó parado por la inmunidad del funcionario.
Alegó que con relación a los viáticos no se trata de ningún vyrorei (pavada) cuando se trata de la utilización de los recursos del pueblo.
Sentenció que una de las causas irrebatibles era la pérdida de confianza, y que los hechos de los que se le acusa a García por tratarse de actos públicos constituyen pruebas.
La diputada Amarilla pidió respeto y se ratificó en los cargos contra el contralor.
“En ningún momento negaron comisión de hechos, solamente cuestionaron la forma, solamente nos dijeron que no sabemos de derecho procesal”, ironizó.
“No se atrevieron a afirmar la inexistencia de hechos. Pide ser absuelto por falta de pruebas, en juego perverso si hice demostrás si podés, perverso”, disparó la diputada.
“Es muy probable que (ella) con el tiempo todavía pueda ganar la credibilidad, usted ya no. Si usted alguna vez la tuvo, la perdió, y por eso tiene que ser destituido”, sentenció.
El abogado del contralor, Álvaro Arias, insistió en que se presenten pruebas en contra de su defendido.
“Hemos negado todas las pruebas de hechos, y de esta manera solicitamos se rechace el juicio político que existe en contra del contralor”, insistió.
Intervino el contralor pero ya no con las mismas ínfulas que el día anterior, incluso se perdió en varios pasajes de su intervención. “Sorry (perdón)”, dijo. Luego, vinieron los descargos, algunos furibundos, por 4 horas, hasta que se conoció la renuncia.
Limpiemos la cloaca de una vez por todas. Los jueces corruptos, funcionarios corruptos se tienen que ir. Enrique Riera, cartista.
La Contraloría es un shopping donde se compran resoluciones. Hubo ofertas de todos los colores y hasta cargos. Enrique Buzarquis, efrainista.
La gente que se opone a la destitución esta actuando con mucha imprudencia y con temeridad. Juan Carlos Galaverna, Añetete.
Si vamos a ir por ñe’ê rei todos íbamos a irnos. ¿Quién de los senadores gozan de confianza? Jahapáta. Zulma Gómez, llanista.