El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano informó de los nuevos lanzamientos de Corea del Norte en torno a las 7:00 hora local del sábado (22.00 GMT del viernes), y precisó que se trató de dos proyectiles balísticos de corto alcance, sin ofrecer más detalles de los mismos por el momento.
El nuevo test tiene lugar después de la visita a Corea del Sur hasta el pasado jueves de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y de que Seúl, Washington y Tokio realizaran el viernes maniobras militares conjuntas antisubmarino para contrarrestar los desarrollos armamentísticos de Pionyang.
Los misiles cayeron fuera de aguas del espacio económico exclusivo de Japón (EEZ), según informaron las autoridades de este país, que no tienen constancia de que se produjeran daños en embarcaciones o navíos japoneses a raíz de los lanzamientos.
Corea del Norte disparó dos misiles balísticos de corto alcance al mar de Japón el pasado jueves horas después de que Harris despegara desde el Sur, tras otros tantos lanzamientos similares el día anterior y uno más el pasado sábado.
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Durante su viaje a Corea del Sur, Harris visitó la militarizada frontera intercoreana y se reunió en Seúl con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, al que subrayó el compromiso de Washington de desplegar activos estratégicos para defender al Sur en función de las acciones del Norte.
La sucesión de test armamentísticos del Norte, que por el momento no se ha pronunciado sobre los mismos, se interpreta como una respuesta al despliegue del portaaviones estadounidense USS “Ronald Reagan” en la península.
En la víspera, el USS Ronald Reagan llevó a cabo maniobras conjuntas con las fuerzas navales surcoreana y japonesa en el mar de Japón con objeto de “detectar, identificar y rastrear submarinos norcoreanos equipados con tecnología para lanzar SLBM (misiles balísticos que se disparan desde un sumergible)”.
La última vez que el Ronald Reagan se desplazó a la península para realizar maniobras conjuntas de este tipo fue en septiembre de 2017, en plena escalada de tensión tras el último ensayo nuclear norcoreano hasta la fecha.
Seúl y Washington buscaban con estos ejercicios enviar un mensaje de fuerza en un momento en que sus servicios de inteligencia dan por hecho que el hermético régimen está listo desde hace meses para ejecutar la que sería su séptima detonación nuclear subterránea en su centro de pruebas de Punggye-ri (noreste del país).