Uno de los valores agregados del diario Última Hora desde 1979 es El Correo Semanal, un complemento de la edición sabatina del periódico.
El Correo Semanal se volvió un acompañante fiel de sus lectores. Adquirió su perfil definido como suplemento cultural a principios de la década de 1990, bajo la guía de Juan Andrés Cardozo, filósofo y periodista.
“Cuando me incorporé a Última Hora, el énfasis había sido puesto en el arte y la cultura, contando con un pequeño equipo de redactores encargados de realizar notas y entrevistas y contactar con colaboradores que pudieran escribir de manera regular”, recuerda Antonio V. Pecci, quien fue parte del equipo por casi tres décadas.
Del Correo también fueron parte Andrés Colmán, Sergio Cáceres Mercado y Blas Brítez, con importantes colaboraciones como las de Mario Rubén Álvarez, siendo actualmente su editora Brigitte Colmán, y el ilustrador Enzo Pertile.
Así se llegó a ofrecer al público escritos de Roa Bastos, Olga Blinder, Elvio Romero, José-Luís Appleyard, Milda Rivarola, Marilyn Godoy, Edgar Valdes, Domingo Rivarola, Ticio Escobar, Bartomeu Melià, entre muchas otras firmas calificadas.
“Tuve el privilegio de ser miembro del CS durante toda mi permanencia en el diario, a lo largo de 28 años, y de obtener algunos galardones como el Premio Nacional de Periodismo Santiago Leguizamón, por una serie de investigaciones que publiqué durante varios años con el título Los años bajo el stronismo. Así como distinciones de la Sociedad de Escritores y otras entidades”, dice el periodista.
Para Pecci, investigador, autor de varios libros, el suplemento ganó prestigio y popularidad en la medida en que se convirtió en caja de resonancia de la actualidad literaria y artística local con entrevistas a escritores y poetas, músicos destacados, antropólogos y lingüistas.
Entre ellos se puede citar a Renée Ferrer, Rubén Bareiro Saguier, Berta Rojas, Carlos Villagra Marsal, Oscar Cardozo Ocampo, Jacobo Rauskin, Helio Vera. Además, figuras internacionales como Mario Benedetti, Antonio Skármeta, Adolfo Bioy Casares, Luisa Valenzuela, John Williams, Laura Restrepo, Mempo Giardinelli, Tomás Eloy Martínez, Ernesto Cardenal, Amelia Nassi y Teresa Méndez-Faith, entre muchas otras personalidades. También ofrecía la cobertura de las ferias del libro como la FIL de Buenos Aires, “fueron temas centrales en nuestras páginas”, suma Pecci. Todo esto ayudó a crear un público informado que encontró en el suplemento una ventana abierta a las novedades culturales del país y el mundo.
“También es de destacar, finalmente, el claro compromiso democrático que asumió el suplemento, en línea con el diario, cuando se dieron los intentos golpistas de figuras como el oviedismo en el Gobierno. Porque entendíamos que la base de la cultura es la libertad”, recuerda.
COLABORADOR. El periodista Andrés Colmán publicó su primer artículo en el Correo Semanal en marzo de 1980, a los 19 años de edad. Se trataba de un reportaje a todo color sobre la muerte inminente de los Saltos del Guairá.
Desde entonces fue colaborador casi permanente, escribiendo principalmente reportajes sobre temas sociales. “Una de mis notas publicadas en la página central del Correo, Los desterrados de la Salamanca, mereció el Premio Vladimir Herzog de Periodismo y Derechos Humanos en Brasil, en 1985”, menciona.
En 1988 asumió como editor y le tocó estar al frente del suplemento durante la caída de la dictadura. “Hicimos una edición especial sobre el golpe, siguiendo con temas hasta entonces vedados como el de los desaparecidos, la masacre del Caso Caaguazú o el asalto a la Colonia Jejuí”.
El Correo Semanal mantuvo siempre una posición crítica y abierta a los temas sociales, políticos y culturales, desde la época de la dictadura.
El CS fue premiado y reconocido a nivel internacional como una de las mejores publicaciones culturales de Latinoamérica. Recibió distinciones de la Escuela de Altos Estudios Sociales y Políticos de Francia, y de la Universidad de Madrid, España.
“Agradezco haber formado parte de esta historia del mejor periodismo en el Paraguay, y que muchos de mis más recordados escritos hayan podido ver primeramente la luz en sus páginas”, finaliza.
