Se conocieron además cómo operan los poderes económicos y políticos para beneficiar a un solo sector de la sociedad mientras otros sectores sufren la carencia de servicios públicos.
El especialista en análisis de corrupción pública, Raúl Quiñónez, del Centro de Estudios Ambientales y Sociales (Ceamso), afirma que en Paraguay el trabajo en prevención, por un lado, y en combate, por otro, es muy deficiente.
Indicó que no hay voluntad política para producir cambios al respecto. Un ejemplo es la mutilación que sufrió la ley de conflicto de intereses en el inicio de este gobierno, que era una norma modelo en la región, pero fue eliminada su esencia que es la prevención de esta colisión de intereses con el sector privado.
En tanto que en el combate, ni la Fiscalía ni el Poder Judicial realizan un trabajo eficiente, sostiene Quiñónez. El vínculo de funcionarios con el crimen organizado, que se conoció mediante la información extraída del teléfono de Lalo, es la principal evidencia de que no se persiguen estos casos, ya que ninguna causa fue abierta.
“La corrupción es ampliamente aceptada por la sociedad porque la estructura social sobre la que giramos es eminentemente clientelar. La clientela que compra el político le genera silencio y sumisión. El poder político interfiere y se ve involucrado en casos de corrupción tanto administrativamente como otros segmentos de la sociedad. Porque el Estado funciona dentro de un sistema clientelar”, afirma.
El experto señala igualmente que la corrupción política se produce, sobre todo, en las altas esferas y que para combatirla es necesario que las personas llamadas a ocupar un cargo en el Estado no solo gocen de idoneidad, sino también de integridad. Por otro lado, se requiere aplicar un mecanismo de cumplimiento como en el sector privado que sea monitoreado desde la misma institución en la implementación.
Otro factor necesario para Quiñónez es la aplicación del polígrafo desde directores hasta altos funcionarios en el Estado. Igualmente, recordó que hace poco entró en vigencia una ley de prevención que espera tenga efecto. Por el contrario, sostiene que la estrategia nacional contra la corrupción elaborada en una cumbre de poderes no logró avances.
Desde el punto de vista político, el especialista mencionó que el poder gobernante pronto estará unido por sus intereses mientras que la oposición se divide por sus ideas. “Eso facilita que el poder se mantenga. Asistimos hoy a una confrontación entre dos sectores internos del partido gobernante, que llevan a instituciones republicanas a dirimir sus conflictos, pero que no sería extraño que terminen en un abrazo republicano, que no va a significar más que la impunidad por los intereses que ellos mismos pretenden seguir teniendo en el ejercicio del poder del Estado, mientras la oposición no tiene cohesión”, manifestó..
Finalmente, Quiñónez resaltó que la corrupción es un mecanismo ilegal de acumulación de riqueza, pero que también influyen en esta desigual distribución de recursos el sistema impositivo.