01 abr. 2025

Corrupción se disfraza de normalidad: Religiosos hacen un llamado de alerta

La titular de la Conferpar, la hermana Raquel Peralta, denuncia abandono del Estado en áreas sensibles como la salud y la educación. Advierte sobre el aumento de pobreza y desigualdad en el campo.

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Desigualdad. La Conferpar ve con preocupación la desigualdad y expulsión de campesinos.

JOSÉ BOGADO

La educación, la salud y la alimentación en los hogares están cada vez más desatendidas y esto está afectando principalmente a los sectores más vulnerables, señaló preocupada la presidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosas del Paraguay (Conferpar), Hna. Raquel Peralta, en el marco de las movilizaciones sociales y de la XXXI Marcha Nacional Campesina, a la que se sumó la entidad católica.
En entrevista con Última Hora, la religiosa realizó un fuerte cuestionamiento a la gestión del Gobierno de Santiago Peña que –asegura– agudiza la situación social del país con el agravamiento de la pobreza, la corrupción persistente y la falta de respuesta estatal ante las necesidades de la población.

“La situación de la gente va empeorando cada vez más”, advirtió, señalando que muchas comunidades viven en condiciones extremas, sin acceso a servicios básicos. “Nos estamos acostumbrando a la corrupción y a la impunidad, y eso es gravísimo. Mientras la gente se debate entre la pobreza y la falta de oportunidades, quienes deberían velar por el bien común siguen enriqueciéndose a costa del pueblo”.

Educación. Uno de los temas que más alarma a la presidenta de la Conferpar es la crisis en el sector educativo. La Iglesia, a través de congregaciones religiosas, administra numerosas instituciones educativas en el país, muchas de ellas subvencionadas por el Estado. Sin embargo, denunció que la falta de apoyo gubernamental está dejando a miles de niños y jóvenes sin acceso a la educación.

“No nos están dando más los rubros para las escuelas privadas subvencionadas, como si estuviéramos lucrando con la educación. Y esa es una mirada muy equivocada”, manifestó. Recordó que la Iglesia gestiona desde la educación inicial hasta la Universidad Católica, garantizando el acceso a miles de alumnos, especialmente en zonas vulnerables.

La falta de inversión en educación, según la Hna. Raquel, es una violación grave de derechos. “Vemos que hay un montón de niños, de adolescentes y de jóvenes que están quedando fuera del sistema educativo. Esto es gravísimo”, advirtió.

Salud. El deterioro del sistema de salud es otro eje de su denuncia. La religiosa criticó la falta de medicamentos e insumos en los hospitales públicos y la falta de respuestas ante los reclamos ciudadanos.

“A veces aparece hasta chistoso. A cualquiera le cortan una pierna equivocada. No hay medicina, están vacíos todos los hospitales. Y se escucha: ¿Dónde está la plata? ¿Quién usa el dinero del IPS?’ Y estamos mirando como embobados”, expresó con indignación.

Sostuvo que los religiosos no son unos inexpertos al señalar la situación porque la gente les cuenta y dice, y ellos ven y sufren con la gente esa miseria, esa impotencia ante tantas necesidades, ‘‘que tienen que salir del campo, que se le mueren los niños porque no tienen con qué pagar una internación. Eso duele muchísimo’’.

También destacó que en muchas comunidades, las congregaciones religiosas terminan asumiendo responsabilidades que deberían ser del Estado. “En muchos lugares nosotros estamos llevando agua, estamos trabajando para poner luz en comunidades campesinas y periféricas. Estamos haciendo el rol de las autoridades, que han jurado y se han comprometido a hacerlo”, denunció.

Corrupción. Para la presidenta de la Conferpar, uno de los problemas más graves es la corrupción generalizada en el país, que se convirtió en una práctica sistemática sin consecuencias para los responsables.

“Se roba descaradamente, y esto no es posible. Se normaliza porque hay una corrupción imperante. Aquí no se castiga a nadie por haber cometido un delito”, lamentó. Como ejemplo, mencionó los constantes escándalos en torno a la compra de pupitres supuestamente sobrefacturados por más de 30 millones de dólares o la distribución de la comida del programa Hambre Cero, que no llega a todos y que la calidad está siendo cuestionada.

‘‘Estos son proyectos que en realidad sirven para el robo. Para que unos cuantos lucren. Y en ese sentido están manipulando y manoseando la dignidad y la necesidad de tanta gente. Y esto no puede ser. Esto no es posible en un gobierno y en un país democrático’’.

Ante esta situación, la religiosa considera que es fundamental que la ciudadanía alce la voz.

“El pueblo tiene todo su derecho de manifestarse. Nosotros debemos animar estos tipos de movilizaciones. Porque si nos callamos, mi temor es que esto se vuelva normal”, sostuvo.

‘‘Estamos peor’’: El campo se vacía y en la ciudad hay necesidades El modelo económico del país está profundizando la desigualdad y expulsando a las comunidades campesinas e indígenas de sus territorios. Mientras tanto, las ciudades crecen de manera desordenada, sin oportunidades para quienes migran en busca de trabajo, indicó la Hna. Raquel Peralta. Destacó la importancia de la agricultura familiar, la pequeña agricultura que lleva la comida a la mesa, sin embargo, la otra agricultura, la mega agricultura, en realidad produce grano para otros países y para comida de chanchos en el exterior. ‘‘O sea, no produce absolutamente nada. Lo que produce es miseria, desplazamiento, desalojos de campesinos y de indígenas’’. Denunció que la desigualdad se agudiza cuando unos pocos van adquiriendo más tierras y van monopolizando el usufructo de las mismas. ‘‘Es más, y si reclaman, en el caso de los indígenas, son vistos como invasores y el Ministerio Público y la Policía Nacional les vienen encima’’. La religiosa también mencionó el problema del desempleo y la precarización laboral, indicando que muchas familias sobreviven en condiciones de extrema vulnerabilidad. ‘‘Cada vez hay más personas viviendo en asentamientos, sin acceso a agua potable, sin electricidad estable, sin seguridad alimentaria’’. Los jóvenes no tienen oportunidades laborales y muchos terminan en la delincuencia, en la adicción o migrando, lamentó. ‘‘A algunos seguramente les va muy bien, pero a la mayoría les va muy mal. O sea, la gente está pasando hambre. Está pasando hambre porque además tenemos una crisis ecológica porque esa es otra dimensión que el Estado y este gobierno de turno no cuidan para nada. Hay un hartazgo’’. La titular de la Conferpar expuso que todo lo que está pasando en el país es muy doloroso y que es hora deque la ciudadanía despierte y que la Iglesia tiene que colaborar en eso. Caso contrario, no está anunciando el Evangelio de Jesús, que es la liberación, que es la vida, que es el buen vivir de la gente. ‘‘No hay vivir bien, sino el buen vivir, que es toda una mística y tenemos que ser coherentes con nuestra misión’’.
Como religiosos y religiosas nos preocupa cómo se está normalizando la corrupción. Las autoridades no tienen vergüenza. Hna. Raquel Peralta, titular de Conferpar.
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