Pero al caer la tarde, en la Costanera Sur la gente va encontrando su propio espacio. Algunos corriendo, otros caminando. Hay quienes eligen sentarse y tomarse fotos.
También están las personas que eligen llegar solas o acompañadas hasta ponerse muy cerca de la baranda que divide al sitio público del río.
Desde ese punto, la brisa fresca que llega en ráfagas da alivio y permite reflexionar sobre el sentido que tiene la vida después del aguinaldo.
Marcelo Santacruz es uno de los habitués de la Costanera. Llegó desde Villa Elisa con su familia.
Destaca que el lugar es bien amplio y considera que está en buenas condiciones para pasar el momento.
Sin embargo, cree que hace falta una limpieza de la parte costera del río y también que pueda contar con más sombra. Sobre todo, teniendo en cuenta que los árboles plantados aún tardarán en crecer.
“A nosotros nos queda cerca y venimos con mi familia cada día al atardecer. Falta más sombra porque a esta hora todavía se siente caliente el piso”, comentó.
Eusebia Barrios coincide con Marcelo desde otra parte de Asunción, en la Costanera Norte. Ella también piensa que hace falta más sombra.
Lamenta además que los arbolitos que fueron plantados en el paseo central, estén descuidados. “Hace falta que se riegue un poco, están muy descuidados, secos. Con un camión deberían recorrer”, aconseja.
Sandra Galeano y Regina González tienen otra razón para estar en la Costanera Sur. Ellas son las encargadas de cuidar y limpiar los baños.
Su labor empieza a la mañana, tiene una pausa y luego desde el atardecer hasta cerca de la medianoche.
“Hay gente que viene y nos critica, nos dice que no tienen por qué pagar el baño, que es un lugar público. Pero nosotros no le negamos la entrada a nadie”, dice Sandra.
Ambas contaron que al principio, cuando la Costanera Sur fue habilitada, los baños fueron saqueados. Llevaron inodoros e incluso espejos que estaban ahí.
A ello se sumaba la falta de limpieza debido al nulo cuidado que la gente le daba a los sanitarios.
En el trabajo que ellas realizan, con lo que cobran por el uso de los baños, G. 2.000, deben comprar insumos de limpieza. Por lo tanto el margen de ganancia es poco.