Mientras las obras del Metrobús quedaron en suspenso, varios vendedores informales ya comenzaron a invadir la parte terminada del corredor y las paradas, según se pudo corroborar en un recorrido de ÚH por la zona.
En el km 9 de la ruta Mariscal Estigarribia, por ejemplo, se pudo observar que en la vía ya se instaló un puesto de comidas con mesas y sillas, en medio de la avenida, y en días de lluvia utilizan como local el refugio que, en teoría, debía ser la parada del Metrobús.
Varios otros pequeños puestos se apoderaron de la vía, debido a que la millonaria inversión para la implementación del sistema quedó abandonada con basura y arena. Asimismo, el carril exclusivo del Metrobús se utiliza como estacionamiento por los ciudadanos, puesto que no está habilitado para el tráfico.
Vale señalar que la empresa portuguesa Mota Engil sigue realizando las tareas de rehabilitación de la ruta Mariscal Estigarribia. A partir del viernes, el lado norte de la vía (dirección San Lorenzo-Asunción) quedó habilitado al tránsito desde la zona del Campus de la UNA hasta Calle Última en forma parcial. En algunos sitios, el carril exclusivo del Metrobús se habilitó a los automovilistas.
Según los planes del MOPC, si el clima ayuda, en 15 días estarán habilitando totalmente al tránsito sobre la ruta Mariscal Estigarribia. Hasta la fecha, los trabajos siguen siendo responsabilidad de Mota Engil, hasta diciembre, plazo en el que vence su contrato.
Por lo pronto, el Metrobús quedó en suspenso y el Gobierno reestudia una nueva licitación para la implementación del sistema de transporte; incluso, con intenciones de incluir el Mercado de San Lorenzo. El trayecto de Asunción fue adjudicado, pero aún no avanzará.
Vale señalar que Mota Engil ya cobró USD 16 millones por certificaciones de avance de obras, según fuentes oficiales del MOPC. La compañía también percibió USD 9 millones en concepto de anticipo, de los cuales devolvió USD 3,9 millones; es decir, USD 5,1 millones aún debe devolver. Empero, el MOPC prepara una multa por G. 13.780 millones (USD 2,3 millones al cambio actual) a la empresa portuguesa por los atrasos de las obras.