La situación del sistema de salud del país en los casi dos años de la presidencia de Mario Abdo Benítez fueron resumidos en poco más de cuatro minutos de interlocución.
Durante la presentación de su informe de gestión ante el Congreso Nacional que se hizo de forma virtual, Abdo admitió primeramente no estar satisfecho con la ejecución presupuestaria del Ministerio de Salud.
Señaló que del préstamo de USD 1.600 millones fueron destinados USD 94 millones a Salud, pero solo fueron utilizados USD 4 millones hasta el momento.
Ello, debido a que la cartera sanitaria optó por realizar las compras con presupuestos propios y también por las donaciones internacionales, recibidas desde el inicio de la pandemia. No obstante, obvió las irregularidades en los llamados a licitación para la compra de insumos que luego fueron cancelados.
“No estamos satisfechos con la ejecución del presupuesto de Salud. Vamos a hacer un gran esfuerzo para mejorar y garantizar la provisión de insumos para todo el sistema”, señaló.
Pero, por otra parte, el jefe de Estado resumió la situación general sanitaria diciendo, básicamente, que la pandemia del Covid-19 no alteró los planes que se tenía para esta área.
“Tenemos una hoja de ruta y la pandemia no nos aparta de ella. Por el contrario, nos refuerza en nuestro compromiso asumido, nos obliga a acelerar tiempos y a buscar soluciones innovadoras para cumplir con la promesa” , manifestó.
Destacó el crecimiento de un 25% en la capacidad de camas de terapia intensiva, sumando un total de 623 unidades en todo el sistema, incluyendo el Instituto de Previsión Social (IPS).
Anunció que habrá mayores inversiones en lo que respecta a recursos humanos, adelantando que seguirán incorporando profesionales de blanco para asegurar la calidad del servicio.
Resaltó, además, el énfasis de su Gobierno en apuntar a la salud preventiva, refiriéndose a la construcción de las Unidades de Salud Familiar, especialmente en las zonas del interior del país.
Pese a las inversiones hechas por la situación de Covid-19, aún persiste carencias que afectan primordialmente a pacientes crónicos. Tal es el caso de los enfermos oncológicos, quienes tan solo días atrás clamaban por medicamentos.
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La compra de insumos para la emergencia sanitaria se vio plagada de irregularidades que salieron a la luz en los informes revelados por la Comisión Especial de Supervisión y Control de Compras (CESC).
El ministro de salud, Julio Mazzoleni, canceló todos los llamados a licitación que fueron notificados con irregularidades. Sin embargo, algunos ya contaban con contrato firmado.
Uno de los puntos resaltados por la comisión fue que en algunos casos no correspondía el uso del concepto de urgencia impostergable por Covid-19.
También se destacó el incumplimiento de condiciones legales y técnicas del Pliego de Bases y Condiciones, la falta de criterio para la fijación de precios referenciales, dictámenes sin fundamento técnico.