“Debemos actuar ahora para fortalecer la inmunidad de nuestras sociedades contra el virus del odio. Por ello, hoy pido que no se escatimen esfuerzos para erradicar el discurso del odio en todo el mundo”, dijo el secretario general de la ONU después de advertir que “la pandemia sigue desatando una oleada de odio y xenofobia, buscando chivos expiatorios y fomentando el miedo”.
En un momento en el que, según Guterres, se necesita hasta “el último ápice de solidaridad” para afrontar la pandemia, se ha registrado un aumento del “sentimiento xenófobo en internet y en las calles”, se han extendido las teorías de la conspiración antisemitas y se han “producido ataques contra musulmanes en relación con el Covid-19”.
“Se ha vilipendiado a los migrantes y refugiados como fuente del virus y, acto seguido, se les ha denegado el acceso a tratamiento médico”, ha denunciado el máximo representante del organismo multilateral.
Asimismo, ha advertido también que han surgido “caricaturas despreciables” sobre las personas de la tercera edad, que se encuentran entre las víctimas más vulnerables, “que sugieren que también son las más prescindibles”.
Periodistas, profesionales de la salud, trabajadores humanitarios y defensores de los derechos humanos “están siendo atacados por el simple hecho de hacer su trabajo”, agregó el político portugués.
Guterres hizo un llamamiento a los dirigentes políticos, a las instituciones educativas, medios de comunicación, sociedad civil y líderes religiosos para detener esta tendencia.
A los dirigentes les pidió que muestren solidaridad y que construyan y refuercen la cohesión social y a las instituciones educativas, que se centren en la alfabetización digital y contrarresten a los extremistas “que tratan de aprovecharse de un público cautivo y potencialmente desesperado”.
A las empresas de medios sociales les invita a llamar la atención y “eliminar los contenidos racistas, misóginos y otros contenidos perjudiciales"; a la sociedad civil le solicita que refuerce la difusión de información entre las personas más vulnerables y a los “agentes religiosos, que sirvan de modelo de respeto mutuo”.
“Y pido a todas las personas que, dondequiera que estén, se opongan al odio, se traten con dignidad y aprovechen cualquier ocasión para propagar la amabilidad”, concluyó Guterres, que ya el año pasado lanzó un plan de acción para contrarrestar “la pandemia” del discurso del odio, sobre cuya expansión han advertido también numerosos centros de estudios y ONG en todo el mundo.