De ahí la importancia de la aplicación del refuerzo de tercera dosis, según refieren desde el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) al dar cuenta sobre la causa de que los vacunados sigan figurando en la nómina diaria de óbitos por Covid-19 en el país.
“Lo que realmente ocurre, dentro de los que terminan internados y lastimosamente falleciendo, es que postergaron su tercera dosis. Dejaron pasar más tiempo de lo que debían tener. O sea, vemos a personas con esquemas de dos dosis, pero la última dosis se aplicó hace más de seis meses y eran llamados de hace tiempo para recibir la tercera dosis”, afirmó el Dr. Héctor Castro, director del PAI.
Esto incluye, a quienes solo recibieron una sola dosis anti-Covid. Es decir, en el mismo plano de los no vacunados están los vacunados con dosis parcial y los que no van por su tercera dosis de refuerzo, luego de más de seis meses de haber recibido la segunda dosis.
“Esta variante es muy contagiosa. El paciente que tiene una dosis incompleta o fue vacunado en dos oportunidades, pero no en el tiempo recomendado, no está inmunizado”, aportó el Dr. Alberto Ortiz, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de Adultos (UIT-A) del Ineram.
“Hay personas mayores de 80 años, con muchas enfermedades de base, que recibieron tres dosis (tuvieron Covid) y sufrieron cuadros de dolor de garganta y un poco de rinorrea; en dos días ya estaban sin ningún tipo de inconveniente”, contó Castro.
Por lo tanto, “se ve cómo a partir de cuatro a seis meses empieza a declinar la inmunidad inducida por las vacunas” y, en ese momento, hay mayor probabilidad nuevamente de internación y muerte. “Por eso, en los grupos más vulnerables, sigue siendo importante completar el esquema de vacunación que incluye la tercera dosis”, insistió.