Las reuniones que se celebraron esta semana en El Cairo concluyeron el jueves, y todos regresaron a realizar consultas para destrabar la situación. Se espera que el diálogo se retome mañana.
Israel rehusó acudir a El Cairo esta semana, debido a que Hamás o no puede o no quiere entregar un listado de los rehenes que aún permanecen con vida, una de sus exigencias antes de sentarse a negociar.
De las 253 personas que Hamás secuestró el 7 de octubre, quedan dentro de la Franja unas 130. La inteligencia israelí ha confirmado la muerte de una treintena, pero el grupo islamista eleva a más de 70 los rehenes muertos en cautiverio por “los bombardeos sionistas”.
Más allá de los rehenes, también hay diferencias sobre la retirada de las tropas israelíes del territorio palestino en una hipotética segunda fase de la tregua.
Israel se ha negado rotundamente a esa retirada e insiste en completar su ofensiva terrestre hasta Rafah, donde dice que quedan cuatro batallones de Hamás y donde hay casi 1,5 millones de civiles desplazados.
Ramadán es un mes sagrado para el mundo islámico y mantener el conflicto activo en estas fechas puede facilitar que cualquier otro nuevo incidente, por menor que sea, pueda encender un nuevo foco de conflicto, incluso en el interior de Israel o en los territorios palestinos bajo ocupación, como Jerusalén Este.
CORREDOR MARÍTIMO. Los planes para entregar ayuda humanitaria por mar a la Franja de Gaza, asolada por la hambruna tras cinco meses de guerra, se aceleraron el viernes con el anuncio de la apertura de un corredor marítimo desde Chipre y la construcción de un puerto temporal.
Varios países árabes y occidentales volvieron a lanzar el viernes ayuda humanitaria por aire en el norte de Gaza.
Fuentes médicas reportaron la muerte de cinco personas debido al lanzamiento de ayuda humanitaria por este medio. La ONU afirma que “la diversificación de las rutas de suministro por tierra” sigue siendo la solución óptima, afirmó Sigrid Kaag, coordinadora de ayuda de la ONU para Gaza.