El senador Stephan Rasmussen, de Patria Querida, consideró que “definitivamente la corrupción goza de muy buena salud en el gobierno de la gente”.
Cuestionó que de los USD 500 millones que se aprobaron para Salud, solamente se hayan ejecutado USD 4 millones, en una cuarentena de más de 90 días.
“Miles de personas desempleadas, desesperadas que pasan hambre, y la gestión es el 0,8% y tres personas sumariadas”, reclamó.
La senadora liberal Zulma Gómez sostuvo que el principal responsable de la situación en Salud, por ser el ordenador de gastos, es el ministro Julio Mazzoleni.
“Evidentemente, Arnaldo Giuzzio, René Fernández y Carlos Arregui, cuando eran fiscales, actuaban con mucha fuerza, y hoy en día, siendo funcionarios del Estado, ya no opinan como fiscales”, criticó.
“Deberían actuar con firmeza dando nombre y apellido de quienes son los responsables de las empresas que quisieron joder al Estado”, sentenció.
Desirée Masi, del PDP, reclamó a la fiscala general Sandra Quiñónez que cumpla su rol y que investigue. “¿Quién está fallando con la sociedad? Pero es intocable”, dijo con relación a la misma.
Luego hizo referencia al sector privado “inmoral” que no se está comportando a la altura de las circunstancias, entre ellos, transportistas y sector bancario. Hizo alusión a los mismos usando la frase “sacrosanto sector privado”, que tiene a la gente viajando como sardinas en buses, y que baja las ventanillas a las pequeñas y medianas empresas, por los bancos.