Manifestó que, “al mismo tiempo, el hecho de que la República Popular China esté operando a favor del rival del ministro paraguayo, Albert Ramdin, implica que la elección del nuevo secretario general se engloba en un contexto geopolítico más amplio, dentro de la competición hegemónica (del griego haegemon, que significa líder indiscutido) global entre Estados Unidos y China”.
Señaló que “dado que la República Popular China ya posee estatus de observador permanente en el OEA, y en virtud del hecho de que Paraguay no reconoce a dicho país, sino a Taiwán, es muy posible que China opere a través de sus aliados que son miembros permanentes de la OEA, como los países del Caribe, para oponerse a ciertas iniciativas del canciller Ramírez Lezcano”.
“Es por esto que es de sumo interés mantener en buena forma nuestra relación con nuestros aliados en la OEA, comenzando por los Estados Unidos, para que nuestro actual canciller pueda implementar sus propuestas para la organización regional”, dijo.
“En particular, el canciller Ramírez Lezcano tiene entre sus propuestas el fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos, temas que colisionan con la forma de Gobierno de la República Popular China”, acotó.
Alegó que Ramírez “deberá lidiar con una OEA debilitada y desfinanciada”. A su criterio, el canciller, además de una distinguida trayectoria diplomática, una excepcional experiencia en el sector privado (...) está en inmejorables condiciones para estar a la altura de este gran desafío”.