–¿Cómo evalúa el desempeño económico del país en el 2024, fue un buen o mal año?
–El desempeño económico del país ha sido bueno en el 2024, pero también con algunas dificultades. El crecimiento económico cerrará con 4%, la inflación con 3,6% y se mantienen los buenos fundamentos macroeconómicos con dos décadas de vigencia. Las buenas cifras económicas le posicionan al país como líder en la región porque varios países registraran un bajo crecimiento. Este año, el promedio de crecimiento de América Latina está en torno de 2,2%, según la CEPAL.
Pero el beneficio del crecimiento de Paraguay está muy concentrado en sectores de altos ingresos y una mayoría de ciudadanos manifiestan que el efecto derrame es muy limitado. El 65% de la fuerza laboral es informal; una capa gravitante constituye los sectores vulnerables, cuyos ingresos superiores a G. 850 mil/mes/persona. A esta se debe sumar a la población de personas que viven en la pobreza, con ingreso de G. 850.000 mensualmente que le permite adquirir la canasta básica de consumo. Existe una brecha de desigualdad en los beneficios del crecimiento. Con relación a las finanzas públicas, preocupan el crecimiento de la deuda pública que al cierre de octubre, alcanzó un coeficiente de 40,4% del PIB, equivalente a USD 18.000 millones. Además, la presión tributaria es muy baja, está en el orden de 11,1% del PIB. Otros temas expresados por la sociedad civil, principalmente en mensajes de fin de año de los gremios empresariales, apuntan a la creciente corrupción, problemas de transporte público, y el atraso de la reforma de la Caja Fiscal, que, al cierre de noviembre, suma un déficit operativo de USD 261 millones.
–¿En cuanto al manejo de las finanzas públicas, que le parece el manejo del déficit fiscal y la asignación de fondos para los gastos estatales?
–Según la regla de la convergencia fiscal, este año el déficit debería ser 2,6% del PIB. Entiendo que el Gobierno va a lograr este objetivo, pero la preocupación de la condicionalidad, ha significado un control estricto de gastos. Esa estrategia ha afectado a algunos organismos del Estado como Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones (MOPC) con reducción de gastos en infraestructura, también al Ministerio de Salud Pública (MSP). El aumento de los ingresos tributarios ayudó en parte, pero el control de gastos o recortes fueron necesarios.
–¿Cómo ve el desempeño de la DNIT y considera que los resultados obtenidos son los esperados?
–La creación de la DNIT es un acierto para ejercer un mejor control y el resultado de este año ha sido auspicioso. Un incremento de USD 850 millones es un buen comienzo, con el viento a favor del 2023, con un crecimiento económico de 4,7% del PIB y pago de los impuestos directos en el 2024 del ejerció anterior 2023. El nivel de recaudación que el Tesoro necesita es mucho mayor para financiar la inversión en capital humano (salud y educación) e inversión física.
La necesidad urgente es doblar el financiamiento de salud y educación, o sea asignar 5% a 6% del PIB para cada institución. Lo mismo ocurre con la inversión física. Pero la estimación del incremento del ingreso tributario para 2025 es solamente de 7,5% que términos absolutos serian USD 870 millones. Estos requerimientos de ingresos tributarios están muy por encima de la estimación para 2025. La DNIT debería combatir el nivel de evasión de los impuestos directos –renta personal, renta de las empresas, IDU–, disminuir la pérdida de los gastos tributarios o exenciones, según la CIAT, la pérdida por gastos tributarios es 1,3% del PIB y mayor incorporación de tecnología para mejor control
El Gobierno prometió no aumentar impuestos, a pesar de las recomendaciones de los organismos multilaterales por la baja recaudación, baja presión tributaria, bajas tasas impositivas y un sistema tributario regresivo. La presión tributaria del país es una de las más bajas de la región.
–El Gobierno se ufana de haber elevado al 11% la presión tributaria, ¿qué opina al respecto?
–Es muy exiguo y tampoco es un récord. Con la entrada en vigencia de la ley de adecuación fiscal en 2004, la presión tributaria aumento de 9% a 12%. El país necesita por lo menos 15% y aun así estaremos por debajo del promedio de la región (21,5%).
–Qué opina de las reformas que el Gobierno de Peña viene implementando?
–Las principales reformas estructurales vienen del gobierno anterior, con la cooperación de los organismos multilaterales. Son reformas necesarias, pero con el Gobierno de Peña avanzan muy lentamente. La primera es la ley de la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones. Aún no integraron el Consejo y, por consiguiente, no tiene el superintendente nombrado. La ley de reforma administrativa del Estado, ya vigente, para evitar duplicaciones de ministerios y secretarias del Estado, pero hasta ahora sin resultados conocidos. La ley del servicio civil que está en estudio en el Congreso, según la prensa, están introduciendo cambios que alteran el objetivo de la reforma y, por último, la reforma de la Caja Fiscal que aún no ha sido presentada.
Estas reformas pretenden modernizar el Estado, ganar eficiencia y crear una burocracia profesional basada en la integridad e idoneidad, blindando de la influencia partidaria. Pero no existe la voluntad política del gobierno para cumplir con los cambios.
–Un tema pendiente dentro de la reforma del Estado es el caso de la Caja fiscal ¿qué soluciones se pueden plantear?
–La reforma de la Caja Fiscal es la más urgente para detener las pérdidas generadas por el déficit operativo creciente anualmente. A noviembre de este año, el saldo rojo es de USD 261 millones, pagado por los contribuyentes. Es necesario corregir la inequidad de los seis sectores del sistema e incorporar los cambios paramétricos para lograr la factibilidad financiera. Hasta ahora inexplicablemente no se ha presentado al Congreso.
–¿Qué medidas o acciones deberían encarar el Gobierno y el sector privado en el año entrante para dinamizar la actividad económica?
–La proyección oficial para el año 2025 es de 3,8% de crecimiento económico y una inflación de 3,7%. El Gobierno apuesta a la inversión privada vías APP y “llave en mano” para las obras de infraestructura. El nivel de endeudamiento público ha llegado a su límite y el incremento del ingreso tributario estará direccionado al área social y la seguridad.
La estrategia del presidente Peña con sus múltiples visitas al exterior es captar inversión extranjera directa, pero difícil de materializarse por la corrupción generalizada, la falta de institucionalidad y sobre todo la ausencia de garantía jurídica en el país, como afirmaba un experto de Fitch Ratings al hablar del cuello de botella para el desarrollo de Paraguay. El sector secundario o industria, según el BCP, tendría un crecimiento mayor en 2025 y pienso también en el sector de las maquilas.
–¿Cómo ve el panorama para la economía en el 2025?
–La perspectiva para 2025 a nivel oficial es optimista con un crecimiento proyectado de 3,8% y una reducción de la meta de inflación de 3,5% +/- 2 después de 7 años. Es necesario apuntar a la diversificación de la matriz productiva y al aumento de la productividad; ambos toman tiempo, pero es necesario iniciarlo ya. El comportamiento político con creciente autoritarismo, necesariamente se transmite a la economía en forma adversa.
–Cree que en el nuevo año podría darse para el país una segunda nota de calificación con grado de inversión?
–La estrategia del Gobierno apunta a lograr ser miembro pleno de la OCDE para posicionarse a nivel internacional, pero los incidentes recientes con la DEA restan credibilidad en el Gobierno, así como la persecución a las ONG y la expulsión injustificada de una senadora. Estos hechos refuerzan la percepción de debilidad institucional. Creo que no será fácil lograr una segunda calificación de grado de inversión.