Fernando-boccia@uhora.com.py
Trata de personas con fines de explotación laboral. Esta es la figura por la cual la Fiscalía ya empezó a imputar a ciertas personas que tienen criados en sus casas, haciendo trabajos domésticos y que fueron alejados de sus comunidades.
Luego de la sanción de la nueva ley de lucha contra la trata, a fines del 2012, el Ministerio Público ahora apunta a un control más riguroso del criadazgo en el país para poder procesar a las personas que tengan a niños y adolescentes trabajando en sus casas.
Sin embargo, un detalle se tiene que dar para que la Fiscalía pueda imputar a los dueños de estas residencias: los criados tuvieron que haber sido sacados de sus comunidades y llevados a otras ciudades para que se considere trata de personas con fines de explotación laboral.
Esto es debido a que en Paraguay la explotación laboral no está tipificada como un hecho punible autónomo. “Si yo le tengo a una persona trabajando, a quien yo no trasladé, y no se dan los elementos de trata, no es un delito. Puede ser una denuncia laboral, una demanda de medidas de protección en el fuero de la Niñez o una demanda civil, pero la explotación laboral sola no está tipificada como delito”, explicó la fiscala Teresa Martínez, de la unidad especializada de lucha contra la trata de personas.
Es por eso que la Fiscalía utiliza la figura de trata para estos casos, ya que la nueva legislación establece que este delito se puede dar con fines de explotación sexual o laboral, tanto dentro del país, al llevar a la víctima de una comunidad a otra, o a un nivel transnacional, al hacerle cruzar la frontera.
MÁS DELITOS. La representante del Ministerio Público señaló que hay varios hechos punibles que, en la mayoría de los casos, están ligados al criadazgo, de acuerdo con los casos registrados en su unidad.
“Décadas atrás eran verdaderamente criados de la familia. No eran explotados. Eran traídos, no compartían la misma categoría social que la familia, pero eran asistidos y no trabajaban en la casa”, relató Martínez.
“Eso se fue transformando después en una figura de servicio doméstico. Ahora ya vienen directamente para un servicio y muchas de ellas por el maltrato salen de la casa y quedan a merced de los explotadores sexuales o se conocen con otra chica y les llevan. Muchas de las chicas que encontramos en los lupanares vienen de un proceso de criadazgo y quedaron después expuestas, porque no vuelven a sus casas”, añadió.
En ese sentido, contó que en una gran cantidad de casos el criadazgo guarda relación con el abuso sexual, la explotación sexual y el maltrato infantil.
Para diseñar un plan de control de las casas con criados, la Fiscalía, la Policía y Migraciones están trabajando conjuntamente. También deberán estar involucrados el Ministerio de Justicia y Trabajo y de la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni), indicó la fiscala Martínez.