El presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, considera que los ataques de grupos criminales en el Norte del país también tienen como objetivo desalentar las inversiones, ya que los beneficios que traerían consigo acabarían con el apoyo que aún tienen en algunas comunidades pobres.
Para el ganadero, las inversiones representan fuentes de trabajo, infraestructura y mejoría en la educación, lo que desalentaría a la sociedad a seguir defendiendo la ideología del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo y otros grupos que se conformaron a partir de él. “Donde hay progreso y trabajo, donde hay mucha gente beneficiada, pierden la base que le sustenta”, manifestó sobre la debilidad que puede representar el desarrollo de la zona Norte para las agrupaciones criminales.
Está en contra de la eliminación de la Fuerza de Tarea Conjunta y, al contrario, puntualizó que necesita más recursos materiales y tecnológicos para combatir a los “subversivos”. Sobre los recursos destinados a la FTC criticó que apenas recibe la mitad de lo que se gasta en seguridad social en el Instituto de Previsión Social.
Respecto a la respuesta que debería tener el Gobierno fue mucho más duro, especialmente con relación a los castigos. “En general, todas las sendas relacionadas al terrorismo deben tener penas máximas. No tenemos penas de muerte; si no, sugeriría eso. Pero por lo menos que queden en cadena perpetua”, expresó.
Contra políticos. El dirigente de la ARP cree que hay riesgos de que se imponga un régimen totalitario de la mano de los criminales y de políticos que los apoyan.
En ese sentido, se dirigió a legisladores del Frente Guasu y a Pedro Santa Cruz, del Partido Democrático Progresista, quien ahora ocupa un punto clave en el Consejo de la Magistratura.
“La idea general y manifestada públicamente por estos grupos es la de tomar el poder por vía de las armas y no precisamente por un método democrático, para tener un régimen totalitario, una dictadura como las que tenemos en Venezuela, Nicaragua y Cuba, que son países tomados por estos grupos de ultraizquierda y convierten al país en su feudo”, agregó Galli sobre el futuro que le espera al país si no se trabaja para revertir la situación actual.
Para los ganaderos, es evidente que los grupos criminales están tratando de ahuyentar a los inversores que ven al Norte del país como un polo de desarrollo industrial.