Esta es la novena ocasión en que la FundéuRAE elige su palabra del año.
Aquí presentamos algunas de las candidatas de esta edición:
CRIPTOMONEDA. El elemento compositivo “cripto-“ aparece en muchos términos que han destacado este año. El más importante es, por supuesto, “criptomoneda.” Ya hay miles de ellas que, en conjunto, han llegado a alcanzar un valor de tres billones de dólares.
DESABASTECIMIENTO. La escasez de determinados productos, especialmente los semiconductores, ha puesto en el centro del debate esta palabra, al igual que “desabasto”, que también es válida y se emplea sobre todo en México.
METAVERSO. Se utiliza para describir una representación de la realidad llevada a cabo mediante programas de realidad virtual y ha sido uno de los conceptos estrella del año en el sector tecnológico. Es una adaptación válida del inglés “metaverse” formada por el elemento “meta-” y la terminación “-verso” de “universo”.
NEGACIONISTA. Se trata de un concepto que figura en el “Diccionario de la lengua española” desde 2016 y que comenzó a usarse para referirse a quienes negaban hechos como el Holocausto o el cambio climático. El inicio de la pandemia reavivó el uso de esta palabra para designar a quienes no creen en la existencia del virus y, en consecuencia, rechazan la utilidad de las vacunas.
VACUNA. No es un término nuevo, pero pocas veces había resonado con tanta fuerza como este año, en el que las vacunas han centrado la información de todo el mundo.
VARIANTE. En noviembre surgió la última variante conocida del coronavirus: Ómicron. Antes de ella, llegaron otras, también con nombre de letra griega: Alfa, beta, gamma, delta… El término “variante” protagonizó una de las recomendaciones de la FundéuRAE a mediados de año debido a su confusión habitual con “cepa”. Son dos conceptos distintos, pues “cepa” implica que hay un cambio de comportamiento significativo del virus, algo que no ha ocurrido hasta ahora en la pandemia. EFE