Miles de familias tanto de Encarnación como de otras comunidades de Itapúa comen gracias a la solidaridad de la gente que, a través de grupos de amigos, clubes deportivos, sociales, comisiones vecinales y otros están recibiendo cada día el plato de comida.
Asimismo, numerosas ollas populares en los barrios de Encarnación y diferentes distritos de Itapúa, brindan comida a miles de compatriotas. Mientras el Gobierno navega sin rumbo, gran parte de la población naufraga en un mar de necesidades, acorralado por el hambre en medio de la cuarentena sanitaria.
En contrapartida a la inoperancia estatal y los nefastos mecanismos de asistencia a la gente, se registra un brote extraordinario de solidaridad ciudadana que a puro pulmón están cocinado y llevando el plato de comida a miles de compatriotas.

Desde la vigencia de la cuarentena sanitaria empezaron también a manifestarse la solidaridad de la gente con los más necesitados, quienes se quedaron sin ningún ingreso y también sin nada que comer, producto de la crisis del Covid-19.
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Toto Castelnovo y su grupo de amigos están dando de comer a unas 1.500 personas por día; la Red Encarnación Solidaria, a un promedio de 800 personas por día; Oscar Darío Rolin y Wissan Allaw, que dan de comer a unas 150 familias y otros tantos grupos de amigos, comisiones vecinales, clubes deportivos y otros con ollas populares.
De esta forma representan la solidaridad de una población plenamente consustancial con el momento de crisis y hambre que está viviendo la población. El Gobierno aún no pudo hacer llegar la asistencia a los miles de compatriotas.
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“Esto empezó unos días después de decretarse la cuarentena sanitaria por la pandemia del Covid-19. Primero hicimos 10 kilos de pan y entregamos a la gente, pero en menos de cinco días llegamos a preparar 400 kilos de panificados”, resaltó Castelnovo.
Siguió contando que que ya llevan cuatro semanas y que no pensaron que iban a llegar a tantas familias. Dijo que comenzaron a hacer panes con solo 10 kilos de harina. Esto fue aumentando y llegaron a hornear 400 kilos de pan, con la ayuda de panaderos de la zona.
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“Fue impresionante y eso nos motivó a cocinar. Comenzamos a cocinar para 500 personas. Luego, la demanda era tal que empezamos a doblar la cantidad de kilos de pan y cocinamos para unas 1.800 personas por día”, mencionó el voluntario.
Por la mañana dan el desayuno (cocido con pan) a unas 1.200 personas y almuerzo para 1.500 a 1.800 personas. El joven encarnaceno resaltó que lo que se está viviendo a raíz de la pandemia es cinematográfico y a la vez extraordinario, por las manifestaciones de solidaridad de la ciudadanía.
Toto indicó que la acción que están llevando adelante es gracias al apoyo de sus amigos que colaboran para comprar los ingredientes y ellos se encargan de cocinar.
“Como es tan grande el esfuerzo, ya no podemos encargarnos de repartir nosotros mismos a la gente, entonces, los presidentes de las comisiones vecinales vienen y llevan la comida para repartir”, mencionó Castelnovo.
Toda la cocina está a cargo del chef Benito, un español radicado en Encarnación desde hace ocho años, quien incluso puso a disposición su casa para el centro de operaciones de esta acción solidaria.
Los casos de coronavirus se elevaron a 129 en el país, mientras que la cifra de muertos asciende a seis.