Una nueva polémica se generó en la Cámara de Senadores sobre el origen, concepto y uso de la palabra legionario, en medio de un debate por el controversial cobro del peaje en la hidrovía Paraná-Paraguay, impuesto por Argentina y resistido por Paraguay.
Después de que algunos opositores hayan advertido que el caso podría desatar hasta una guerra entre ambos países, el senador Juan Carlos Nano Galaverna los calificó de “legionarios” y “mercenarios”. Alegó que estos “están queriendo instalar que las medidas del Gobierno son una sanción contra Argentina”, pero dijo que, para él, es simplemente “un derecho del Estado”.
“Las medidas adoptadas por el Gobierno, creo que son las correctas, en el caso del retiro de energía de la potencia de Yacyretá, algunos actores políticos quieren presentar como una sanción hacia la Argentina, opino que es un derecho que tenemos y dejar de venderle a un cliente moroso. No a los legionarios, no a los mercenarios, sí al patriotismo”, expresó.
El senador opositor Rafael Filizzola salió al paso de las declaraciones de Nano y lamentó que los colorados estén instalando este tipo de debates. Sostuvo que no fueron solo los del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) los que crearon la Legión, sino que también fueron los colorados.
“Yo lamento, porque las relaciones exteriores tienen que ser un espacio para grandes consensos. Es lamentable que colegas estén hablando de legionarios, desconocer la historia. Los legionarios tuvieron su fundación en los dos partidos tradicionales, seguimos con esa historia para descalificar al adversario político”, criticó.
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Mientras tanto, el liberal Eduardo Nakayama se pronunció a su vez sobre el punto, pero ya contradijo a Filizzola. Reconoció que la Legión Paraguaya sí estuvo conformada por liberales, pero aseguró que la fundación estuvo a cargo únicamente de colorados.
“Tenemos que hacer una puntualización: los legionarios fueron los integrantes de la Legión Paraguaya del Ejército argentino. (.…) Lo que dijo mi colega Filizzola, de que fundaron los dos partidos tradicionales, no es cierto, estuvieron sí, pero fundaron solamente los del Partido Colorado”, acotó.
Una palabra arraigada hace más de 120 años
El historiador Claudio Fuentes explicó a Última Hora que la concepción de legionarios comenzó en Paraguay hace ya más de 120 años, con una comunidad de exiliados políticos en tiempos finales de la dictadura de Francia y durante el tiempo de Carlos Antonio López y Francisco Solano López.
Señaló que esos políticos se caracterizaban por tener ideas liberales u opositoras; sin embargo, aclaró que no se refiere a que eran del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), sino simplemente a sus ideales.
Relató que, a finales de 1850 y comienzos de 1860, el grupo comenzó a instalar una oposición dedicada a publicar periódicos contra el Gobierno.
“Porque internamente no se podía hacer en el Paraguay eso, porque no existía libertad de prensa, no existía libertad política durante los gobiernos de los López. Era una oposición que hacía proclamas, que hacía lobby con políticos argentinos, específicamente con los porteños”, continuó.
Posteriormente, con el inicio de la Guerra contra la Triple Alianza, el grupo conformó una sociedad llamada la Asociación Paraguaya, la cual envió “una legión paraguaya” que actuaba con la bandera paraguaya, pero bajo las órdenes de los aliados para “liberar a Paraguay de la tiranía de Francisco Solano López”.
“La Legión Paraguaya luego se disuelve por peleas distintas y muchos de los legionarios van a actuar de forma independiente otra vez. Finalizada la guerra, los antiguos legionarios, junto con los lopistas sobrevivientes y también otros paraguayos que vivían en el exterior, van a ser la élite dirigente que va a formar parte de la reconstrucción del Paraguay”, afirmó.
Seguidamente, explicó que la palabra legionario casi no se utilizaba en principio y menos con el concepto de traidor. Esto cambió a principios del siglo XX, con la gran polémica entre el abogado Cecilio Báez y el periodista Juan E. O’Leary, a través de sus columnas en los diarios La Patria y El Cívico.
“Ahí va a popularizarse más este concepto de legionario como traidor a la patria. Se va a convertir en el peor insulto político y va a ser utilizado a partir de este momento durante todo el siglo XX, inclusive hasta la actualidad”, expuso Fuentes.
Un concepto “dañino” en la política paraguaya
Si bien el profesional sostuvo que el término está arraigado en el país ―puesto que vuelve a aparecer en cada hecho emblemático, como el juicio político a Fernando Lugo en el 2012, el escándalo por el acta secreta de la Itaipú y este último miércoles en el Senado―, cuestionó que se siga empleando, ya que, para él, perjudica la cultura democrática y plural del país.
Calificó como “un concepto dañino para la cultura política paraguaya”, aunque reconoció que “está tan naturalizado que es casi imposible desarraigarlo”.
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“Yo no considero que para construir una cultura política democrática y plural sea bueno el uso del concepto legionario, pero reconozco que es un concepto que vino para quedarse y que es un concepto casi imposible de erradicar. Es un insulto político que vino para quedarse y que tiene una larga duración”, finalizó.
Tras una exhaustiva investigación y mediante un abordaje teórico basado en la historia conceptual, el historiador Claudio José Fuentes Armadans explica en su libro La maldición del legionario todo lo que implica el término y explica cómo se fue convirtiendo en “sinónimo de todo lo malo y maldito que existe en Paraguay”.
Por otra parte, el término legionario también es utilizado en el ambiente religioso, específicamente en la Iglesia Católica. Se trata de una organización apostólica de laicos, conformada por millones de miembros activos y otros inactivos, entre ellos miles de paraguayos.
De acuerdo con fuentes religiosas, los miembros se dedican a realizar actividades pastorales en bienestar de los más necesitados y su centro es la Virgen María, por lo que llevan ese nombre.