28 nov. 2024

Cuando la economía gira en torno a una pelota

En la década de los años 1970 no era fácil conseguir una pelota de cuero y los pocos niños que accedían al codiciado balón tenían el poder de generar grandes alegrías o frustraciones en los demás vecinos de la canchita del barrio.

El niño dueño de la pelota, conocido popularmente como el “pelota jára” debía ser tratado con todos los privilegios a la hora de jugar un partido de fútbol. Era el primero en ser seleccionado para formar el equipo y se le tenía que dar las mayores oportunidades para que meta gol.

Se tenía que evitar a toda costa que el “pelota jára” se moleste con el equipo porque en caso de enojarse podía retirarse de la cancha con su pelota, con lo que se daba por terminado abruptamente el encuentro deportivo.

Toda vez que se llegara a esta situación, la gran alegría del encuentro deportivo pasaba a un estado de profunda tristeza y desánimo para los demás integrantes del equipo que ya no podían seguir disfrutando del encuentro debido a la falta del balón.

Evidentemente, el contar con una pelota marcaba la diferencia entre alegría y tristeza.

En las últimas semanas, viendo el comportamiento de la Selección Paraguaya de Fútbol, se pudo observar el comportamiento de los hinchas de la Albirroja. En los momentos en que el equipo paraguayo no lograba concretar los objetivos deseados, la población se sentía profundamente desmotivada tanto para asistir a un encuentro deportivo como para comprar indumentarias y accesorios para alentar el equipo paraguayo. Años atrás se realizaron algunas estimaciones de cuánto perdía la economía paraguaya ante la no clasificación para un Mundial de Fútbol. Evidentemente, muchas oportunidades de negocios se frustraron y las firmas que respaldan al equipo en calidad de sponsor debieron asumir millonarios costos.

Sin embargo, en las últimas semanas, con los buenos resultados obtenidos por el seleccionado paraguayo rápidamente la afición deportiva empezó a acompañar al equipo.

Al mismo tiempo que mejora el ímpetu deportivo también se observa un mayor dinamismo en el consumo de bienes y servicios. Efectivamente, apenas la Selección Paraguaya logró remontar los resultados, las personas fueron a las grandes tiendas para comprar bebidas, carnes y embutidos para celebrar el resultado obtenido.

A su vez, las tiendas que se dedican a la venta de indumentarias deportivas y otros accesorios registraron una repentina suba de la demanda de estos productos.

Pareciera ser tan sencillo que apenas la Selección Paraguaya mejoró su rendimiento, rápidamente los aficionados incrementaron sus compras dando un movimiento diferente al sector comercial.

Las empresas de turismo y viajes están expectantes de cómo avanza el equipo local en el proceso de clasificación al mundial. En caso de que se concrete este anhelado deseo, la posibilidad de plantear negocios se multiplicarán y, sin duda, surgirán grandes promociones para viajes, opciones para adquirir electrodomésticos y la contratación de varios servicios para disfrutar mejor de los encuentros deportivos.

El último encuentro de la Copa Sudamericana de Fútbol congregó a miles de seguidores de dos populosos clubes de Argentina y Brasil. Las autoridades de la Conmebol estimaron que la economía local recibiría una inyección de al menos 50 millones de dólares en tres o cuatro días de eventos.

La economía paraguaya es muy sana y basta con inyectar solo unos pocos millones de dólares para dinamizarla, pero queda evidenciado que el estado de ánimo de la población juega un papel fundamental a la hora de encarar un plan de reactivación económica. Los habitantes necesitan que el Gobierno dé señales que los motive, que entusiasme y que genere confianza para que cada actor pueda emprender su negocio con absoluta seguridad. Necesitamos un buen “pelota jára”.

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