El Gobierno Nacional endureció el viernes los controles en las calles para garantizar que la ciudadanía cumpla con la cuarentena, de modo a evitar la propagación del Covid-19. Pero al igual que un día antes, colas y colas de vehículos se volvieron a formar en las rutas y las avenidas de diferentes puntos del país.
La semana pasada se había superado la primera etapa de aislamiento total con el acatamiento de gran parte de la ciudadanía. Ahora, el panorama es otro, más aún después de que este viernes se promulgara el Decreto 3512, de emergencia sanitaria, que endurece los controles y establece mayores restricciones de tránsito de personas y vehículos, para lograr un mayor el aislamiento social.
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El presidente de la República Mario Abdo Benítez tuvo que dar un mensaje a través de sus redes sociales para pedir a toda la población “más seriedad” en la lucha contra el coronavirus; y el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, debió recordar a la ciudadanía -con un tono casi desalentado- que ya hay tres muertos en el país y dos personas en terapia intensiva para apelar a la conciencia de las personas.
Una pediatra del Hospital Materno Infantil de Loma Pytá, de nombre Ángela Gabaglio, quien iba de camino a su casa después de una guardia nocturna de 12 horas, se encontró con cientos de vehículos en su trayecto y reclamó con justa razón que haya tanta circulación. Se quedó en medio de una de esas largas filas de autos, camiones, buses, y motos, sin poder avanzar más.
“Lloro de la impotencia porque vamos a morirnos todos. Nadie se queda en su casa. ¡Miren lo que es por delante y detrás! No salimos del tráfico. Quiero llegar a mi casa a descansar”, exclamó con indignación. “Me duele como médica y paraguaya que seamos tan inconscientes”, lamentó entre lágrimas.
El personal de blanco de todo el país ya carga con una lucha interior. Está más atemorizado que el resto de la población. Es el sector que va a estar en la primera línea de la batalla contra el coronavirus cuando este llegue a su pico más alto. Según los especialistas, esto podría darse en la segunda semana de abril.
A los médicos y enfermeros se les forma un nudo en el estómago pensar cómo van a combatir aquello desconocido.
Para no dejarlos tan desprovistos de armas fue que el Gobierno decidió suspender todas las actividades de concurrencia masiva y las clases en las instituciones educativas, cuando apenas se confirmó el segundo caso de Covid-19 en el territorio nacional.
Esta medida les dio un tiempo a las autoridades para diseñar un plan de contingencia y poder fortalecer a todo el sistema sanitario hasta donde se pueda. Paraguay no se va a escapar de la pandemia, pero sí está ganando tiempo para poder abastecer mejor a los hospitales con insumos y equipos de bioseguridad, e incluso para preparar a la sociedad.
Es ahí donde tiene su razón de ser el lavado correcto de manos, la desinfección de todas las superficies y el distanciamiento, que son prácticas básicas para contrarrestar la expansión del virus.
Así lo afirmó el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Paraguay, Luis Roberto Escoto, quien hizo una proyección de cuántos casos tendría Paraguay la próxima semana. En una entrevista que concedió a NPY, manifestó que la cantidad de infectados sería de 386 para dentro de seis días.
El médico del organismo internacional dijo que este resultado se calcula con base a datos relevados del Ministerio de Salud Pública y un comportamiento de contagios que se duplica cada dos o tres días. Detalló que este fenómeno se dio tanto en España como en Corea del Sur, y que en ambos países bajó el ritmo de propagación recién cuando se tomó conciencia de que había que cumplir con el aislamiento social.
“Si Paraguay hoy presenta 96 casos en los dos (últimos) días, para el lunes, llegará a 184 y en otros tres días más, para el jueves, a 368”, señaló el representante de la OPS.
“Pero si nosotros hoy tomamos esa responsabilidad y nos quedamos en casa, nos lavamos nuestras manos en la medida que tocamos superficies que pueden tocar otras personas, tomamos todas las precauciones en casa si hay una persona enferma y nos lavamos las manos también cuando salimos y vamos al supermercado, eso es lo que va a cambiar realmente (la cantidad de contagios)”, refirió.
Enfatizó que depende de la seriedad y la responsabilidad de cada una de las personas para cambiar las proyecciones que hay con relación a Paraguay, y extender los tiempos de duplicación de casos. Sobre Corea del Sur, por ejemplo, contó de esta forma logró alargar la duplicación de infecciones a plazos de 15 a 20 días.
El coronavirus es una enfermedad terrible a la que hay que tomar en serio. Por su causa, colapsaron hospitales de primer mundo, tales como Italia y España, donde ya se registran casi 14.000 y más de 10.000 muertes, respectivamente.
A pesar de esto, hay paraguayos que siguen restándole importancia a la cuarentena impuesta por el Gobierno para frenar el avance, y exponiendo a todo el resto de los habitantes.
Ecuador, de donde provino el primer caso registrado de coronavirus a nivel nacional, está sufriendo una catástrofe. Los cadáveres se dejan en la calle, porque ya no hay lugares para ellos en los sistemas sanitarios. Los cuerpos permanecen días sin ser recogidos y las familias se ven obligadas a quemar las cosas que estuvieron en contacto con el fallecido.
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Paraguay actuó a tiempo: cerró sus fronteras, estableció aislamiento social, tomó medidas económicas. Todo antes que sus gigantes vecinos. Argentina ya registra unos 1.200 casos de Covid-19 y cuatro muertes, mientras que Brasil ya superó los 7.900 contagios y casi 300 fallecidos.
En el país ascendien a 96 los casos confirmados hasta este viernes, tres de muertes, y 12 recuperados. Ya son más de 1.000 los imputados que violaron la cuarentena.