El viceministro de Seguridad Interna, Óscar Pereira, manifestó para nuestro medio en referencia a la publicación de la expedición de cédulas de identidad de contenido falso, para el presunto líder del PCC, Antonio Ranier Amarilha, que “el propio jefe de Departamento había detectado la adulteración”.
Este refirió que se trata de cuatro funcionarios totalmente identificados, quienes fueron trasladados y se encuentran bajo sumario.
“Ya se había detectado con anterioridad y se tomaron las medidas en su tiempo. Esto se informó todo, por eso es que no salió a luz, porque la prensa se enteró tarde en el sentido de que la propia Policía detectó el hecho y se tomaron las medidas internas”, aclaró el viceministro.
Por otra parte, en cuestión a los hechos denunciados sobre presuntos pedidos de coima, para agilizar los trámites de cedulación y pasaportes, dijo que se encuentra en curso y que se dio apertura a la carpeta en asuntos internos de la Policía Nacional sobre la base de las denuncias ciudadanas.
En cuanto a la tardanza en la entrega de los documentos, aseguró que se ajustaron algunos detalles “para que se agilice todo”, incluso que se habría asignado a más personal a Identificaciones para la expedición de cédulas y pasaportes.
Al servicio del crimen. Al margen de las explicaciones del viceministro, el criminólogo Juan Martens Molas, refirió que “el sistema policial es uno de los que más está al servicio del crimen organizado, en todos los niveles”, aludiendo al caso de “cédulas vai (fea) o perro muerto”, que habíamos publicado en la edición del pasado lunes.
El abogado recordó que incluso se registraron casos de policías que eran cocineros de narcotraficantes y que también ofrecen informaciones o servicios al mejor postor.
“Entonces, con un poco de dinero, se puede hacer que efectivos de la Policía Nacional, cometan los más variados delitos,” apuntó
Respecto a lo ocurrido en Identificaciones, indicó que “no es un hecho aislado”, sino que se trata de un “esquema de funcionamiento institucional general, y particular de dicho Departamento”.
Sobre el punto, acotó que la corrupción y el enriquecimiento policial se realizan de manera muy impune y eso alienta a que sigan ocurriendo este tipo de hechos.
“No es pues una cuestión de subordinados nomás, son jefes que deben rendir cuentas a otros jefes”, detalló.
Recaudaciones. Martens apuntó que en la Policía existe todo un sistema de recaudación, que es exigida desde las jefaturas.
Al respecto, detalló que para ser director de un Departamento, por ejemplo, Central o Amambay, se exige el envío mensual de dinero a Asunción “a otros jefes que están por encima de uno y así sucesivamente de lugares muy apetecibles. ¿A qué le llaman lugares apetecibles? Donde se puedan recaudar,” detalló.
Apuntó a este como el motivo del porqué no se dan los cambios estructurales que tanto se pide y que no se trata de una cuestión de corrupción aislada, subordinada; “sino es una cuestión de corrupción institucionalizada” alentada desde la propia institución, que exige que para estar en determinados lugares, “que la persona recaude”.
Por ende, analizó que el hecho de que en Identificaciones un agente cobre para agilizar los trámites, es el último eslabón, porque el personal debe rendir cuentas a su jefe y su jefe a su vez a otro jefe que está por encima suyo.
“La pregunta que hasta ahora no hemos podido responder es hasta que instancia llega ese dinero,” subrayó.
A propósito refirió que la Policía necesita ser reformada, reinventada para que esté al servicio de la ciudadanía, del Estado de Derecho, y no del crimen organizado.