“El Mario que fue Benedetti” es el título del panel homenaje celebrado en la Casa de las Américas, institución ubicada en el céntrico barrio habanero del Vedado a la que el literato estuvo fuertemente vinculado, ya que trabajó en ella entre 1967 y 1969 (en este periodo fundó el Centro de Investigaciones Literarias) y de nuevo a partir de 1975.
“Cuba y la Casa de las Américas fueron la segunda casa para Mario”, declaró Diane Denoir, cantante, activista social y miembro de la directiva de la Fundación Mario Benedetti, institución sin ánimo de lucro establecida por el propio autor para divulgar sus trabajos y promover la literatura y los derechos humanos, con especial énfasis en aclarar el paradero de los desaparecidos en Uruguay durante la dictadura (1973-1985).
Acompañaron a Denoir en el panel los escritores Eduardo Heras, Pedro Simón y Jorge Fornet, quienes relataron anécdotas de la vida personal de Benedetti, recordaron sus vivencias compartidas y mostraron el contenido de algunas cartas que intercambió con otras figuras del gremio.
La directiva de la Fundación destacó que Cuba “acogió y dio trabajo” a Benedetti por primera vez en la década de 1960, un tiempo en que la isla caribeña se convirtió “en un punto de encuentro de escritores latinoamericanos en el momento del despertar de América Latina”.
El poeta uruguayo en Cuba
Nacido en Montevideo el 14 de setiembre de 1920, Mario Benedetti tuvo sus primeros contactos con Cuba tras la revolución de 1959. Ya en 1967 se mudó a la isla durante dos años, aunque su periodo más largo lo pasó en su “segundo exilio” entre 1976 y 1981, año en el que decidió instalarse en España. En 1985 regresó a Uruguay hasta fallecer en 2009.
El acto de hoy se enmarca en los eventos conmemorativos por el 60 aniversario de la Editorial Casa de las Américas y en la XXIX edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebra entre el 6 y el 16 de febrero.
Al primer homenaje a Benedetti en Cuba seguirán a lo largo de este año diversos eventos en todo el mundo para rendir tributo a este influyente escritor, entre ellos numerosas exposiciones y acciones urbanas en su ciudad natal, “porque Mario era un montevideano que caminaba mucho por la calle”, explicó Denoir.