1. El Año Base es aquel a partir del cual se contabilizan volumen y valor de los bienes y servicios producidos en un país determinado durante cierto tiempo.
2. El Año Base debe ser cuidadosamente seleccionado a los efectos de no tomar como referencia uno en el que la actividad económica ha sido excepcionalmente buena ni otro en el que ha sido pésima. Debería tomarse un año regular, es decir, ni muy bueno ni muy malo.
3. Sirve para proyectar los valores constantes y los corrientes, a fin de medir ex post el desempeño económico y financiero, respectivamente, con los mismos valores reales que regían el año anterior o con el agregado de la inflación local del nuevo año. En algunas mediciones sofisticadas, como las de algunos países industriales de economía de mercado a los valores corrientes, es decir, los del año anterior más la inflación local, el nuevo año también puede ser referenciado con la cotización de la moneda local ante las divisas, así como con el aumento de la productividad, registradas en los últimos meses.
4. Hoy en día existe un Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas, con apoyo del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de la Comisión para el Desarrollo Económico (OECD). Dicho Sistema fue puesto a disposición de los países que conforman las Naciones Unidas.
5. Hay que verificar cuál fue el ajuste realizado por cuáles países de NNUU y si ellos constituyen mayoría y cuánta. Habría que ver también cómo ha procedido el Banco Central local para hacer lo propio.
6. Es sumamente importante que las estadísticas utilizadas localmente para el cálculo del nuevo Año Base sean las mejores y las más actuales posibles. El Censo Económico de 2011 por ejemplo, utilizado para la actualización, tuvo serias imperfecciones, denunciadas y corregidas posteriormente. Ojalá hayan tomado la última versión.
7. El cambio de Año Base debería realizarse con cierta periodicidad, por ejemplo una vez cada década. Se dejó pasar casi un cuarto de siglo para que el BCP lo actualice. El último Año Base fue el de 1994.
8. Como transcurrieron 24 años, las variaciones nominales de este último cambio produjeron cierto espejismo de ilusorio oasis o “fata morgana”, aparentando algunas ser positivas y otras, negativas.
A. VARIACIONES APARENTEMENTE POSITIVAS. Los datos corregidos, que encandilan por su aparente ventaja nominal, son los siguientes:
a. El así ajustado producto interno bruto da un salto nominal de más de 30%, ubicándose en unos 36.346 millones de USD, después de 27.645 M USD.
b. Así mismo, el PIB per cápita da uno de 4.033 USD a 5.303 USD por año.
c. Por otro lado, el coeficiente del endeudamiento público desciende del 22,8% al 17,4%.
d. Y los saldos rojos máximos del Ministerio de Hacienda, establecidos por la Ley de Responsabilidad Fiscal, dan un margen adicional para más gastos e inversiones del orden de unos 130 millones de USD, dependiendo esto de la cotización de referencia ante el dólar norteamericano.
B. OTRAS APARENTEMENTE NEGATIVAS. Los datos ajustados, que asustan por su nivel bajo, son:
a. En términos siempre porcentuales respecto del PIB, la carga tributaria baja del 12,5% al 9,6%.
b. Las Reservas Monetarias Internacionales bajan de 25,8% a 20,8%.
c. Los aportes de trabajadores y empleadores a la protección social también bajan respecto del PIB y
d. así como los de las entidades hidroeléctricas Binacionales Itaipú y Yacyretá. Estas últimas dos variaciones proporcionales al PIB serán confirmadas próximamente.