Mónica Castañe, madre de la joven Belén Whittingslow, quien se refugió en Uruguay ante una orden de captura en su contra, señaló que la salida elegante de Cristian Kriskovich es un apañamiento para no dañar más la imagen eclesiástica, ya que el Papa había enviado emisarios para estudiar el caso de su hija y que incluso llevaron toda la documentación.
“Llevaron toda la documentación y casualmente ahora lo desvinculan de una manera elegante a Cristian Kriskovich, estoy segura que esta fue una orden del Vaticano porque se comprobó todo lo que nosotros decíamos”, expresó a una radio local la mujer.
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Asimismo, recordó Kriskovich no era solo un profesor de la casa de estudios al momento de la denuncia, sino también era representante por las Universidades Privadas ante el Consejo de la Magistratura y miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM).
Además, señaló que el cargo hoy lo ocupa César Ruffinelli, quien es decano de la Facultad de Derechos de la Universidad Católica. Aseguró que es de la confianza de Kriskovich.
“Él tenía un poder de suprapoderes y desde luego sigue manejando los hilos del poder, teniendo a Rufinelli y Narciso Velázquez, a todos sus acólitos serviles para que no destapen la olla de podredumbre de ciertas autoridades eclesiásticas”, cuestionó.
Asimismo, aseguró que era protegido en su momento por el nuncio del vaticano Eliseo Ariotti, el arzobispo emérito Edmundo Valenzuela y el rector de la Universidad Católica de Asunción, Narciso Velázquez, además del estudio jurídico de Marcelino Gauto Bejarano y otras autoridades que formaban parte de la casa de estudios.
“Esto es para no deteriorar la imagen de la Iglesia Católica, con pedófilos comprobados, un profesor acosador como Kriskovich. ¿Cuántos casos han pasado?, un cura violó a un niño, pagó una multa de G. 5 millones y lo mudaron de parroquia. Narciso Velázquez es un estafador comprobado”, remarcó, a la vez de asegurar que Edmundo Valenzuela no es una santa paloma.
Castañe apuntó a Kriskovich como el hombre clave de la Universidad Católica en su momento y como una cueva de buitres que manejaban demasiada información entre ellos para cuidarse o extorsionarse.
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Incluso, mencionó que la orden de desvinculación de Kriskovich solicitada por el cardenal Adalberto Martínez no solo fue ignorada, sino que creó una puja de poderes entre dos bandos, uno de ellos apoyado por Valenzuela y Narciso Velázquez, quien hizo oídos sordos al pedido.
También trajo a colación que la Iglesia Católica, representada por el cardenal, les mandó una carta pidiendo disculpas por todo el daño ocasionado por este tema.
“Estoy convencida de que no negoció su salida, estoy segura que fue una orden del Vaticano su salida. Eso lo vamos a verificar, esto no fue una salida elegante”, manifestó.
Finalmente, explicó que en lo judicial ya no existe la orden de captura contra su hija por la causa de compra de notas, pero que aún el caso no baja a los juzgados y que muchos magistrados se inhiben por tener vínculos con la universidad.
El caso
La Fiscalía desestimó la denuncia de Belén Whittingslow porque consideró que no existió acoso por parte del profesor Cristian Kriskovich, ya que “no había una relación de jerarquía” entre ambos y calificó el hecho como un simple “galanteo”.
A causa de la insistencia de la joven en el hecho, el docente la demandó por daños y pidió un resarcimiento de USD 450.000.
A la par de su denuncia, Belén Whittingslow fue involucrada en el caso de compraventa de notas en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UCA y ante esto, se vio obligada a refugiarse en Uruguay.
Después de varios años de estar fuera del país, la Sala Constitucional de la Corte dio lugar a la acción de inconstitucionalidad presentada por la joven contra su orden de detención por ese caso.
La acción de Whittingslow fue planteada en 2019, por los abogados Juan Martín Barba y Rodrigo Cuevas, específicamente en contra de la resolución dictada por la jueza Lici Sánchez.
Para la defensa de la joven, la orden de captura se dio supuestamente en represalia por haber denunciado de acoso sexual a su profesor de Derecho en la Universidad Católica, Cristian Kriskovich.