26 abr. 2025

Cupos, casta y tránsfugas

La porción de poder que los políticos reclaman después de una contienda electoral ha pasado a convertirse en un verdadero lastre para todos. El canciller habló incluso que está el porcentaje en misma la ley del servicio exterior, que según dice asigna un 20% para los que combatieron en las trincheras electorales y se merecen un porcentaje del botín. Esos recursos los pagamos todos. Salen de nuestros impuestos y sirven para sostener este aparato de inequidad que se cobra vidas y haciendas de millones. El Gobierno se ufanó esta semana que recaudó de nosotros 457 millones de dólares en ocho meses, pero no nos contó que el 14% de ese monto –más de 60 millones de dólares– va para alimentar a la tropa de los nepobabies, hurreros, jaleros, amantes y otros especímenes despreciables. Todo eso se paga con los cupos que les son asignados por este sistema pérfido y deleznable.

Lo de la hija del diputado Esgaib es una muestra grosera y desfachatada. El legislador que debe al club Guaraní más de 500 mil dólares por alquileres se cree con absoluto derecho a reclamar su cupo y envía a la hija a Londres a lamerse las heridas de la cancelación de visa americana y vivir a costa nuestra con más de 3 mil dólares mensuales. La ley dice que si no existiera nadie que pudiera hacer lo que ella hace se debería contratar a alguien fuera del servicio por un periodo de tres meses y renovable. Nos imaginamos que debe ser alguien que fije residencia en ese país y pueda hacer esa labor. No me imagino llevar a una limpiadora de oficina de Asunción a la capital británica. Esta versión paraguaya del “work and travel” en realidad debe ser traducida como: Joda y viaje. Lo pueden hacer pero con la plata de los padres, no con nuestro dinero. Pero, si el padre enfrenta a fanáticos aurinegros por moroso, ya pueden imaginarse en la condición en la se encuentra. Esgaib no puede ni con su garito y nos carga a la hija para sostenerla a la distancia. Todo por el maldito cupo político.

Estos que entienden solo como negocio la política y no como servicio están en todos lados y culturalmente se cree como parte del teko Paraguay. Nuestra forma de ser de recolectores y proveedores de nuestros ancestros guaraníes sigue firme con los cupos y las acciones de robar el erario público en cifras monstruosas de casi 2 mil millones de dólares anuales. El modelo y el sistema son infranqueables para los detentadores del poder que aquel que ose desde adentro cambiarlo será despedido inmediatamente. Los economistas del gobierno han capitulado a los cupos y los voraces extractivistas del partido. Ellos son el cupo y saben cómo presionar.

En la supuesta oposición algunos como el menonita Penner traiciona a su partido y a sus compañeros de secta dejando a la agrupación política que le colocó en el senado. Dice que lloró mucho antes de tomar la decisión, pero que eligió el acueducto a “Patria Querida”. La carcajada que habrá generado en el partido colorado semejante afirmación le da aire para seguir en el poder por otros 70 años. Su ingenuidad fue repudiada por las mismas cooperativas que no creen que haya que poner 250 millones de dólares en otro acueducto que termine en una gran laguna seca de corrupción. Hubiera sido más fácil reconocer que fue comprado como otros en ese gran burdel a cielo abierto donde el comprador compulsivo disfruta en el mercado de las adquisiciones de supuestos opositores.

Entre los cupos de la corrupción y los tránsfugas se debate nuestro país donde llueva o haya sequía las posibilidades de morir por culpa de los corruptos e incompetentes son enormes. La gente en vez de repudiar mayoritariamente, solo espera el momento para repetir lo condenable. Ni el Estado ni el presupuesto existen en la imaginación de los incautos que siguen doblando sus impuestos para mantener la casta, los cupos y los tránsfugas.

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