¿Nadie quiere ser fontanero o albañil? Sin embargo, ambos oficios se encuentran entre los más demandados en el mercado laboral. Pero, mientras los empleos vinculados a la construcción están en auge, pocos se atreven a formarse como albañil o fontanero.
Esto puede comprobarse en la llamativa escasez de interesados en emprender los cursos que se brindan de forma gratuita en el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP). Al punto que en Asunción y alrededores se han cerrado este semestre esas clases ante la falta de postulantes, según cuenta el Lic. Rubén Ríos, gerente de Acción Formativa del SNPP.
mal visto. Solo se precisa terminar el noveno grado y tener más de 18 años de edad para iniciar estos cursos. Pero, Ríos es consciente de que la oportunidad señalada se desaprovecha porque “hay un concepto degradado” sobre lo que es la albañilería, por citar.
“Hay cursos que ya no se quieren hacer porque son tecnologías pesadas. Hay una tendencia de la juventud y del trabajador joven de ir a tecnologías más livianas: informática, electrónica, eléctrica”, enumera el funcionario.
Por lo mismo, se registra otro factor: en esos cursos de fontanería y plomería se tiene también una escasez de profesionales para la docencia.
“En Luque, por ejemplo, tenemos dos instructores en una ciudad que tiene más de 400.000 pobladores”, apunta.
Lo propio sucede con los cursos de construcción, por lo que están buscando –dice– instructores en esas áreas. “La mayoría de los albañiles están trabajando, por lo que cuesta encontrar profesionales del rubro que puedan hacer la tarea como instructores”, refiere.
Currículum. El SNPP habilitó este año nuevos cursos, entre ellos tres del área de la construcción: albañil, maestro de obras, fiscal de obras civiles. Pero en Asunción y área metropolitana nadie se fue. Solo en las ciudades de Hernandarias, Pdte. Franco, Ciudad del Este, Coronel Oviedo, Caaguazú y Encarnación tuvieron eco estos programas formativos a partir de la solicitud de empresas del sector privado.
“El ser albañil parece que no le interesa mucho al joven y tenemos que buscar otro tipo de atracción. Hay un concepto degradado de esa ocupación. Eso tenemos que modificar y llevarlo a un más alto nivel”, menciona Ríos. Es por eso que están en campaña de resignificar este oficio, mediante la promoción del programa de Tecnicatura en Construcción que otorga, entre otros, el título de maestro de obras.
Al mismo tiempo, le están dando una vuelta de tuerca al curso de carpintería –cuya demanda también decayó– por programas de carpintería metálica o en metales. “La carpintería está parada por la política forestal y se trabaja en la línea de los metales”, señala.
Contraste. En las unidades operativas que tiene el SNPP, en diferentes puntos del país, las que generan mayor interés son las del área de informática, electrónica y electricidad. “Esos cursos están totalmente llenos”, comenta. Si en un curso de informática hay 10 alumnos, en las aulas de albañilería hay tres. Ese es el contraste que se observa en los diferentes centros de formación y capacitación.
Ríos anima a los jóvenes a que se anoten en algunos de los cursos que permiten una salida laboral rápida, sin mucho tiempo de capacitación. “Un buen plomero fontanero en tres meses y medio tiene la formación básica. Si se va a especializar en control de agua de piscina, se extiende un mes más. Con una intensa práctica, en cuatro meses ya está y sale con una buena cobertura para todo tipo de tareas relacionadas al oficio”, concluye.