Contaminación, mortandad de peces y falta de control fueron algunas de las acusaciones de Margarita Miró, concejala de la Municipalidad de Carapeguá, contra una curtiembre ubicada en Paraguarí, del departamento con el mismo nombre.
La edil había enfatizado a un medio local la supuesta ausencia de autoridades ambientales, como el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) y la Fiscalía del Ambiente, en el caso de la presunta contaminación del arroyo Caañabé.
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Ante la denuncia, desde Última Hora contactamos con el director de Fiscalizaciones del Mades, Julio Mareco, quien negó la falta de supervisión en la curtiembre y señaló que la misma está siendo revisada semanalmente.
La firma en cuestión, Durli Leathers SA, también salió al paso tras las acusaciones, asegurando que cuentan con todas las licencias y documentaciones de las autoridades ambientales.
Ricardo Rodríguez, técnico de la compañía, reveló que la planta procesadora de cuero es monitoreada constantemente por el Mades y otras autoridades.
“En un lapso de tres meses, las autoridades ambientales nos visitaron 13 veces. ¿A eso le llama ausencia de autoridades?”, apuntó.
La concejala había señalado, además, que la fábrica producía 5.000 cueros por día, situación igualmente desmentida por el técnico.
“La fábrica llegó a procesar 3.000 cueros por día como pico más elevado de producción. De eso no se pasó nunca desde el inicio operativo”, explicó Rodríguez.
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Por último, aseguró que la licencia otorgada por el Mades está a nombre de Durli Leathers y que es falso que haya sido otorgada a otra firma.
“No solo la licencia, sino todas las documentaciones, desde el momento de la ejecución del proyecto de instalación de la fábrica, la construcción y el inicio de las operaciones de la planta, corresponden a Durli Leathers SA”, aseveró.