La magnitud de los daños ha movilizado a las autoridades locales y nacionales, que enfrentan el desafío de brindar asistencia urgente a miles de familias afectadas.
Minga Guazú y Tavapy encabezan la lista de las localidades más perjudicadas, con cerca de 1.000 personas damnificadas. En Raúl Peña, el temporal dejó alrededor de 50 afectados, mientras que en Ciudad del Este, el impacto fue significativo, con cerca de 200 familias, en específico, del barrio San Rafael donde sufrieron daños severos en sus viviendas por la caída de granizo.
Los daños materiales incluyen techos destrozados, paredes debilitadas y pertenencias personales arruinadas.
A pesar de los esfuerzos de la Gobernación de Alto Paraná y la Secretaría de Acción Social, la capacidad de respuesta fue superada por la magnitud del desastre.
La Gobernación distribuyó algunas chapas, pero la cantidad disponible no fue suficiente para cubrir la demanda.
La situación de los damnificados sigue siendo crítica, y muchas familias aún necesitan asistencia básica, como colchones y alimentos. Ante esta realidad, la llegada de la ayuda de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) es esperada con urgencia.
Se prevé que hoy llegue la ayuda prometida por la SEN que incluye colchones, techos y víveres. Esta asistencia va a complementar los esfuerzos locales y asegurar que todas las familias damnificadas reciban el apoyo necesario.
El intendente de Minga Guazú, Diego Ríos, explicó que ayer se siguió trabajando para identificar a las familias más vulnerables y priorizar la ayuda.
“Inicialmente pensábamos que eran unas 100 familias, pero el número sigue aumentando. Ahora estimamos que hay cerca de 500 damnificadas en Minga Guazú, y estos números continúan cambiando a medida que visitamos más zonas afectadas”, declaró el jefe comunal.
Uno de los mayores problemas que enfrentan las autoridades locales es el mal estado de los caminos, especialmente, en áreas rurales como el kilómetro 21 Monday, donde la situación de las familias es crítica. El temporal no solo destruyó viviendas, sino que también afectó la infraestructura vial, lo que dificulta el acceso de las brigadas de asistencia.
“Aunque algunos caminos están en mal estado, hemos encontrado rutas alternativas para llegar a las áreas más aisladas”, manifestó.