Una gran emoción se percibió por parte de la ciudadanía en general tras la puesta en marcha del cañonero Paraguay C-1, tras 55 años de espera y obras para su recuperación a cargo de la Armada Paraguaya.
Luego de cumplir la primera misión en el Departamento de San Pedro, retornó a Asunción y fue atracado a la orilla del río Paraguay, en las inmediaciones de la base naval, donde miles de personas lo visitaron.
Mientras varios ciudadanos resaltaron el hecho e incluso entre llantos recordaron su valor histórico, a pocos metros se posaba el cañonero Humaitá, que muestra un panorama completamente diferente: olvido, abandono y desidia estatal.
En comunicación con Última Hora, el contralmirante Carlos Díaz, comandante de Flota de Guerra de la Armada, dijo que este buque ya ni siquiera forma parte del inventario de la entidad, por lo que no se pueden invertir recursos en él.
“Lastimosamente, este buque, desconozco las fechas, ya no está más dentro del inventario de la Armada, salió ya hace varios años. Entonces, ningún recurso de la Armada puede invertirse porque sería malversación”, aseguró, al tiempo de manifestar que desconoce a cargo de qué ente quedó.
En tanto, sostuvo que el deseo de los navales es reactivar el Humaitá de la misma manera que el Paraguay C-1, sobre todo porque ya tienen la experiencia y porque serviría como un segundo buque escuela.
“Nos faltan los recursos, pero sabemos cómo hacer, no vamos a cometer los mismos errores que cometimos acá (en el cañonero Paraguay). Si esto nos llevó tres o dos años, eso nos va a llevar mucho menos, este (el Paraguay C-1) es el gemelo del Humaitá, los dos vinieron con la misma misión”, afirmó.
Finalmente, el contralmirante sostuvo que generalmente desde la Armada Paraguaya acostumbran a realizar algunos trabajos en el Humaitá “solo por el cariño que le tienen”.
El capitán Ariel Benítez, del área de Comunicación, replicó los dichos de Díaz y aseguró que alrededor de la década del 2000 pasó a formar parte de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), en ese entonces dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, ahora, a su vez, Ministerio de Educación y Ciencias.
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“Ese es el motivo por el cual no se puede realizar ningún gasto ni usar presupuesto de la Armada por el Humaitá. No está estipulado en el inventario y es un requisito indiscutible”, añadió.
Desde nuestro medio, también nos comunicamos con Maricarmen Couchonnal, directora de Patrimonio Cultural de la SNC, quien, por su parte, manifestó que el barco sigue estando a cargo de la Armada.
De igual forma, la arquitecta Leticia Quiñónez, encargada de Patrimonio de la Municipalidad de Asunción, afirmó que el bucanero no le corresponde ni a la cartera de Cultura ni al Municipio, sino a la entidad naval.
Solo en diciembre pasado, la Armada realizó varios trabajos de hermetización y puesta en su posición natural del histórico cañonero Humaitá, después de que la estructura sufrió una inclinación hacia uno de sus lados, a causa del ingreso de las aguas del río.
La embarcación navegó durante 70 años por los ríos nacionales, mientras que el 6 de setiembre del 2000 se convirtió en el primer museo naval del país, ya que frente al Paraguay C-1 era el único que tenía la mayor parte de su equipamiento original.
Fueron cientos las familias paraguayas que tuvieron la oportunidad de apreciar el Humaitá por algunos años, hasta que su apertura al público cesó y comenzó a ser arrinconado y olvidado.
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De acuerdo con datos de la Armada, el buque posee una eslora de 71 metros, una manga de 10,50 metros y un puntal de 3,20. Su desplazamiento era de 745 toneladas y su calado de 2,45 metros de profundidad.
La propulsión se basa en dos turbinas de 3.000 caballos de fuerza y cuenta con dos calderas que funcionaban con derivados de petróleo, fueloil. La nave se movía a una velocidad máxima de 17 nudos, equivalentes a 31 y medio kilómetros por hora.
La Ley 3774 declara Patrimonio Histórico Nacional a los cañoneros Paraguay C-1 y Humaitá. Los gemelos sirvieron para trasladar a una gran cantidad de combatientes, heridos y prisioneros durante la Guerra del Chaco, pero dejaron de ser operables desde 1983.