Con esta idea como hilo conductor, la casa de subastas Christie’s, en el corazón de Londres, ha concebido la exposición Off the wall: Basquiat to Banksy (Fuera del muro: De Basquiat a Banksy), que se puede visitar de forma virtual hasta el viernes, en el marco de la temporada de licitaciones de arte contemporáneo que tendrá en junio su punto álgido.
La muestra subraya creaciones que fueron concebidas por distintas manos y en diferentes momentos de la historia contemporánea, si bien todas ellas comparten los mismos lienzos originales: las calles, los muros, el metro.
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Muchas de ellas tampoco difieren en el fondo de sus mensajes, impregnados de denuncia y crítica social con pintadas y grafitis que coqueteaban con la infracción de normas y espacios no permitidos antes de verse en salas formales de exposición, “fuera del muro”.
“A finales de los 70 hubo una generación de artistas que sentían que la ciudad y el sistema les había fallado. Para ellos salir a la calle y lo que se llama tagging, poner su nombre en la calle, era una manera de retomar las riendas de algo que sentían que habían perdido”, cuenta a Efe Claudia Schürch, especialista de arte contemporáneo y de posguerra de Christie’s.
De esta generación encontramos obras de los estadounidenses Keith Haring (obras sin título, entre ellas, la ilustración de un cerdo y tres sencillas siluetas encontradas en un metro), Rammellzee (Bomber Lansin, Atomic Note Newtron), Kenny Scharf (Red Ball Jets and Orangetricity) y finalmente Jean-Michel Basquiat, cuya pintura The Elephant es una de las piezas clave de la colección.
Basquiat, influido por accidente de coche
Tal como su título indica, la obra contiene la imagen de un elefante en el centro, aunque también incluye un rasgo muy propio de la obra de Basquiat, el cuerpo humano, que en este caso concreto se traduce en el dibujo de una cadera.
La razón de esa predilección por la figura humana se explica con un cierto deje biográfico inspirado en Frida Kahlo y es que, al igual que la pintora mexicana, Basquiat sufrió un accidente de tráfico cuando era niño y su recuperación influiría de lleno en su obra, dado que se pasaría toda su estancia en el hospital leyendo libros clásicos de anatomía.
“Su madre le regaló el libro de Gray ‘s Anatomy, que leyó mientras no se podía mover. También estudió uno de los libros de Leonardo Da Vinci sobre cómo pintar la figura humana”, relata Schürch. A partir de ahí, el cuerpo humano se convirtió en “algo que ha perseguido o que persiguió a Jean-Michel Basquiat durante su obra”.
Bajo el seudónimo SAMO, el artista neoyorquino empezó diferenciándose de otros creadores con frases cortas y chistes de crítica social plasmados en las calles y a cuya búsqueda mucha gente se aficionó.
De la calle a subasta
De hecho, el actual artista Banksy ha subrayado más de una vez que su arte callejero fue concebido en esencia para que esté al alcance de la gente y lo pueda encontrar en la calle, así que no han sido pocas las controversias que han girado alrededor de arrancarlo de su hábitat natural y sacarlo a subasta.
Bajo el misterioso velo del anonimato, Banksy ha criticado numerosas veces los escandalosos precios millonarios por los que se venden sus obras e incluso escondió una trituradora en el marco de una de ellas, una versión de Girl with a Balloon (Niña con Globo), para hacerla trizas una vez concluida la subasta en 2018.
En la colección de Christie’s en Londres hay gran presencia del enigmático artista, con Pulp Fiction (muestra las figuras de John Travolta y Samuel L. Jackson disparando con un plátano en lugar de una pistola), Rats on Safe (con una de sus icónicas ratas en una caja fuerte), Rat with 3D glasses (Rata con gafas 3D) o Smiling Copper y Flying Copper (figuras de policía con un emoticono sonriente en el rostro). Tampoco faltará, si no se autodestruye, un díptico de la popular e icónica Niña con Globo.