De analizar el estado de las carreras de grado y posgrado a echar una mirada profunda a cómo operan las universidades e institutos superiores.
Esa tarea se propuso la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes) que, ayer, presentó los resultados del proceso evaluativo realizado a las instituciones públicas del sector. Es el inicio del proceso de evaluación que se implementará de ahora en más y que alcanzará después a las entidades privadas.
Lo que resultó de este ensayo fue que de las ocho universidades públicas, solo dos consiguieron un puntaje ideal para acreditar eventualmente.
Se trata del primer acercamiento que hace la Aneaes, mediante una evaluación diagnóstica, a saber la situación real en que están funcionando las Instituciones de Educación Superior (IES).
También fueron evaluados seis institutos superiores. En este grupo, solo se salvó de un puntaje bajo el Instituto Nacional de Educación Superior (Inaes), ya que así como la Universidad Nacional del Este (UNE) aplican su plan de mejoras al haber formado parte –hace unos años– del plan experimental (ver infografía).
Este año se completará este análisis con dos institutos superiores: El Instituto de Altos Estudios Estratégicos (IAEE) y el Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA).
a Mejorar. Contrario a lo que se pueda pensar, la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la mayor y más antigua casa de estudios del país, obtuvo un bajo puntaje que, si se trataba del proceso de acreditación iba a rebotar.
La UNA acumuló en promedio 2,9 puntos de un máximo de 5 puntos, según los criterios de calidad. Esto resulta del análisis de cinco dimensiones abordadas: Gestión de Gobierno; Gestión Administrativa y Apoyo al Desarrollo Institucional; Gestión Académica; Gestión y Análisis de la Información Institucional y la Gestión de Vinculación Social Institucional.
Entre varios ítems, se le adjudica a la UNA un déficit en la “eficacia, eficiencia, pertinencia e impacto de los mecanismos de dotación, mantenimiento y ampliación de los espacios físicos adecuados para la implementación de la oferta académica, las funciones y actividades en todas las unidades académicas”. También se le señala la necesidad de ajustar los mecanismos de aseguramiento de la calidad de las ofertas y las políticas de vinculación con el sector productivo laboral para responder a necesidades de formación que precisa la sociedad.
El Dr. Raúl Aguilera, directivo de la agencia, dejó en claro que, si bien este trabajo evaluativo terminó con una valoración cualitativa y cuantitativa sobre el estado de cada entidad, el objetivo de esta etapa inicial es el encaminamiento para mejorar, de cara al siguiente paso: La acreditación o sello de calidad.
“Hay que entender que la diagnóstica no busca la calificación de acreditación, no acredita o posterga”, indicó.
En efecto, recordó que este proceso de evaluación institucional comenzó con ese objetivo, con el fin de la acreditación; pero a pedido de los rectores, la agencia les concedió la oportunidad de que en principio fuera solo con fines diagnósticos.
“Las evaluaciones diagnósticas son para detectar problemas institucionales y plantear soluciones a través del plan de mejora”, resaltó.
Incluso, las dos instituciones que obtuvieron un puntaje óptimo tienen marcado ciertas debilidades a mejorar; ya que tanto el seguimiento a los estudiantes, como la formación continua de los docentes y la de los directivos fueron “escasos”, dice así en la tabla de valoración cuantitativa que puntúa el estado de cada institución educativa.
Las evaluaciones diagnósticas son para detectar problemas institucionales y plantear soluciones a través del plan de mejora. Raúl Aguilera, directivo de la Aneaes.
