Caacupé es el epicentro de la fe y los testimonios provenientes de distintas partes del país todo el año.
Pero en su fecha, las historias que traen consigo los peregrinos se multiplican por doquier. Entonces, uno ve a gente llegando de distintas maneras, buscando así esa forma única de agradecer a la santa patrona.
Casi cayéndose, fue subiendo peldaño a peldaño los escalones de la Basílica. Ni en ese instante, Luis Ayeza dejó que la imagen de la Virgencita de Caacupé, que llevaba en ambas manos, se le cayera. Las lágrimas le caían por el rostro y cuando llegó hasta la entrada del templo sintió el alivio de saber que la promesa estaba cumplida.
Al salir de la Basílica menor, contó que la imagen que llevaba consigo es de su mamá. También reveló la promesa que había hecho.
“La promesa que le hice a la Virgen es que si le sacaba a mi hermano de la droga, yo vendría de rodillas hasta ella a agradecerle”.
Relató que su hermano de 21 años había caído en la adicción, con el consumo de crac. Incluso llegó a vivir en la calle un tiempo.
“Gracias a Dios, mi hermano ahora ya no está haciendo eso. Nos pone contentos a mí y a mi familia”.
Los siguientes seis años, Luis repetirá la promesa, adelanta. Cuenta también que cuando vino el año pasado, lo hizo en compañía de su madre. La familia es oriunda de la zona de Ciudad del Este.
La primera vez que peregrinó fue para conocer de cerca esa experiencia de miles de feligreses, según contó.
“La Virgen puede cumplir muchas cosas milagrosas. Yo siempre tuve mucha fe en ella. Mamá también es muy devota. Esta vez no vino nomás porque no podía más”.
Luis es un convencido de que la devoción hacia la Virgencita Azul puede tener su retribución, tal como él mismo lo pudo comprobar con lo ocurrido en su familia.
“A las personas les digo que tengan mucha fe, que nunca digan que no se va a cumplir lo que están pidiéndole”, dice con convencimiento del pedido concedido por la Madre de todos los paraguayos.
“Nuestra Madre es muy milagrosa. Lo que vos le pedís, Ella te da. Si le pedís con fe, Ella te pasa”, agregó.
Cumplir con la promesa no fue fácil, admite. Habla sobre el ascenso a través de los escalones.
“En un momento dado ya no podía más. Pero luego le pedí a Ella y me hizo llegar hasta allá”, dice al contar cómo le surgieron las fuerzas para llegar hasta lo más alto.