Nuevamente Silvio Beto Ovelar está en el ojo de la tormenta. Esta vez, por sus desafortunadas declaraciones al tratar de justificarse sobre la contratación de su hijo en Diputados. El senador colorado apodado Trato Apu’a es otra de las singulares figuras de la política local y protagonista de situaciones controversiales.
El hombre de 56 años es oriundo de Coronel Oviedo, capital del séptimo Departamento, desde donde se proyectó hasta llegar a ocupar el asiento de presidente de uno de los poderes del Estado.
En esa ciudad fue electo presidente de la Juventud Colorada en 1992 y dos años más tarde ocupó el puesto de presidente de la Seccional n° 2. En 1998, ingresó como miembro de la Junta de Gobierno y ese mismo año fue elegido gobernador del Departamento de Caaguazú.
Si bien la posición económica que goza gracias a su activa carrera política le permitió proveer a su hijo el acceso a un “colegio top”, Silvio Ovelar no tuvo la misma suerte y cursó sus estudios primarios en una institución pública: la escuela graduada n° 698 Wenceslaa Escalada.
La educación terciaria la cumplió al frecuentar el Liceo Militar Acosta Ñu y el Centro Educativo Diocesano de Coronel Oviedo.
Quedó con el mote de Trato apu’a, por sus declaraciones captadas en un video durante una compra de votos. Cuenta con licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Además, dejó inconcluso la carrera de Derecho en la misma institución al haber acudido hasta el cuarto año.
Congreso, dos décadas de banca
Beto Ovelar se desempeña hace dos décadas como legislador.
En el 2003 fue electo como senador suplente por el Partido Colorado para el periodo 2003 – 2008 y desde el 2004 se desempeñó como senador suplente en ejercicio al jurar en reemplazo de Ana María Figueredo. Para el siguiente periodo, del 2008 al 2013, fue elegido como senador titular.
En las elecciones generales del 2013, en la que se volvió a candidatar como senador, ganó gran visibilidad tras ser grabado mientras cometía el delito de compra de votos.
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“Vamos a hacer un trato apu’a, un trato de caballeros. Yo tengo una pequeña ventaja: en Oviedo todos me conocen. Soy alguien de quien se puede decir muchas cosas, pero no van a decir que ‘Beto me mintió’”, expresó a un dirigente liberal de un asentamiento de Coronel Oviedo, a quien ofreció G. 100.000 por cada colorado que vaya a votar y por cada liberal que no ejerza su derecho cívico. Ovelar terminó electo.
Los últimos años del periodo parlamentario el Partido Colorado se fragmentó en dos fuerzas, el cartismo y el abdismo.
En este último bando, que promovía la elección de Mario Abdo Benítez como presidente, Ovelar supo posicionarse y se instaló como uno de los líderes del movimiento, lo que fue fundamental para que sea electo por primera vez como presidente del Senado, en el periodo 2018 al 2019.
Volvió a candidatarse como senador al acompañar la lista de Mario Abdo Benítez, y nuevamente fue reelecto para ejercer como senador hasta el 2023.
En esta última elección, ante el desgaste de Benítez y la inminente discontinuidad del abdismo, Ovelar pasó nuevamente a las filas del cartismo, movimiento que había adoptado en el 2013 y que 10 años después lo ayudaría a ubicarse por segunda vez en el asiento de presidente del congreso.
En esa elección, Ovelar se destacó como el senador más votado, al sumar más de 280.000 votos.
Un hombre de familia
Como si no fuera poca esa conquista, en el primer día de Santiago Peña como presidente en ejercicio, la familia de Beto Ovelar celebró el nombramiento de su esposa, Iris Magnolia Mendoza, como directora jurídica de Itaipú Binacional, con un salario superior a G. 100 millones.
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La mujer ya había ocupado ese puesto y fue apartada por cuestiones políticas. La misma fue apoderada del movimiento que llevó a Abdo Benítez a la presidencia en el 2018 y luego de haberse mudado a las filas de Honor Colorado en las últimas elecciones, fue apartada del cargo.
Su familia lo vuelve a ubicar en el centro de las discusiones, esta vez por su desafortunado argumento al tratar de defender a su hijo Alejandro de Jesús Ovelar Ayala por el cargo que ocupa en la Cámara Baja.
En conferencia de prensa realizada el miércoles 21, al evaluar la posibilidad de que su hijo concurse tanto en el sector público como privado, señaló: "¿Él tendría una ventaja comparativa frente a aquel chico que viene de Tembiaporã, que entró en escuela pública o que viene de un colegio de garaje? Claro que tiene una ventaja enorme. No solo porque es el hijo de Silvio Ovelar”.
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Además de develar su indiferencia sobre la realidad educativa que promueve desigualdades y diferencias, decidió alardear sobre los privilegios que goza.
“¿Qué nos dice PISA? Chicos como Ale —mi hijo— lógicamente van a tener un desempeño brillante, porque tuvo un colegio bueno, por decirlo top, comparado con otro chico que viene del interior, de escuelas públicas, con docentes probablemente mediocres, sin mucha formación”, expresó.
Finalmente, Ovelar se vio obligado a reconocer su error en sus declaraciones y adelantó que hablaría con su hijo para rever la situación.
La polémica igual no terminó porque el joven no planea dimitir a su cargo.