01 may. 2025

Decenario al Espíritu Santo. El don de piedad

Hoy meditamos el Evangelio según San Juan 17, 1-1. El sentido de la filiación divina, efecto del don de piedad, nos mueve a tratar a Dios con la ternura y el cariño de un buen hijo con su padre, y a los demás hombres como a hermanos que pertenecen a la misma familia.

…Esta confianza filial se manifiesta en la oración que el mismo Espíritu suscita en nuestro corazón. Este afecto filial del don de piedad se manifiesta en rogar una y otra vez como hijos necesitados, hasta que se nos conceda lo que pedimos.

En la oración, nuestra voluntad se identifica con la de nuestro Padre, que siempre quiere lo mejor para sus hijos. Si muchas veces cada día consideramos que somos hijos de Dios, el Espíritu Santo irá fomentando cada vez más ese trato filial y confiado con nuestro Padre del Cielo. La caridad con todos facilitará el desarrollo de este don en nuestras almas.

El Papa a propósito del evangelio de hoy dijo: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? Con estas palabras, San Pablo nos habla de la gloria de nuestra fe en Jesús: No solo resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo, sino que nos ha unido a él y nos ha hecho partícipes de su vida eterna.

[…] Con San Pablo, nos dicen que, en la muerte y resurrección de su Hijo, Dios nos ha concedido la victoria más grande de todas. En efecto, ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor”. (Frases extractadas de www.homiletica.org).